Los expertos aconsejan alargar al máximo este momento y hay en el mercado otros dispositivos con los que se retrasa hasta dos años y medio
26 jun 2023 . Actualizado a las 09:48 h.Esta semana llega el fin de curso, las vacaciones escolares, el buen tiempo, las tardes de libertad en las calles y en los parques… Y la duda de todos los padres: ¿Es el momento de regalarle el móvil a mi hijo? La seguridad que aporta a los adultos el saber que tienen controlados a los menores contrasta con los peligros que conlleva dotar a los pequeños de una tecnología que aún no saben controlar. El debate está servido. Según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, siete de cada diez menores tienen teléfono móvil y el 93% acceden a internet de manera regular, un porcentaje que alcanza el cien por cien entre los jóvenes de a partir de 14 años.
No se puede negar que estos pequeños dispositivos son una herramienta esencial en el día a día pero la pregunte es clara: ¿A qué edad es recomendable entregar el primer smartphone a un niño? La respuesta es muy gallega: depende de la edad y del menor; y ni siquiera los expertos tienen una solución clara; la fundación ANAR, que trabaja con menores y adolescentes en riesgo, habla de todos estos factores que hay que tener en cuenta, como las circunstancias familiares o laborales, la madurez del menor o las condiciones bajo las que se entrega, si tiene acceso a datos o no, por ejemplo. En cualquier caso, no recomienda entregarlo a edades muy tempranas ya que puede incidir en el desarrollo social del pequeño, su rendimiento académico e incluso su crecimiento. Uno de los umbrales que suelen utilizar las familias es el cambio del colegio al instituto, de infantil a primaria; pero también reconocen que es un tema difícil de gestionar, sobre todo cuando llega el primer dispositivo a una pandilla. En cuanto lo tiene uno, lo quieren todos. Y los padres más estrictos suelen terminar sucumbiendo al temer que su hijo o su hija quede descolgado o aislado al no poder conectar virtualmente con el resto de amigos.
«Un móvil implica una responsabilidad, no solo por el coste económico del dispositivo, sino por ser un aparato que permite la conexión con otras personas, desarrollar una influencia sobre ellas y recibir presiones por su parte», avisan desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad, que recuerdan que la tecnología móvil implica un grado de exposición, mayor o menor, pero que afecta a la seguridad personal.
Sin embargo, existen en el mercado alternativas que pueden retrasar la compra de ese primer teléfono móvil al tiempo que permiten tener localizados a los menores que ya desde edades tempranas empiezan a ganar libertad en la calle: relojes inteligentes diseñados específicamente para niños y niñas y cuyas principales características son la seguridad y la comunicación entre padres e hijos. Los tutores deciden qué números pueden emitir y recibir llamadas o mensajes; incluyen GPS que permite conocer la ubicación y un botón de SOS que contacta automáticamente con las personas de referencia. Hay varias marcas en el mercado que cuentan con estos dispositivos, una de ellas es la tecnológica cántabra SaveFamily, que está especializada en este sector: «Usando estos relojes, nuestros clientes pudieron retrasar entre un año y medio y dos años el momento de entregar el móvil» explica Jorge Álvarez, CEO de la compañía, que considera que este tiempo «da un respiro a los padres y madres y permite a los niños alcanzar una madurez superior». Sus dispositivos cuentan también con algunos juegos, permiten reproducir música y vídeo y también chatear por WhatsApp; de hecho, es el único reloj del mercado que incluye esta aplicación de mensajería instantánea.
Y la demanda de estos productos es clara: esta compañía creada en el 2017 ha crecido un 40 % en los últimos tres años y atiende en la actualidad a más de 200.000 familias de 15 países. «La tendencia, al igual que la preocupación de los adultos, es muy similar en todos los países en los que tenemos clientes, se trata de un problema global», explica Álvarez. Y también confirma que el inicio de verano es un momento en el que aumenta el interés por sus productos, al coincidir con las vacaciones escolares y tener los pequeños más tiempo de ocio. De hecho, son habituales los pedidos usuarios que solicitan el envío a lugares costeros: «Los padres quieren dar autonomía a sus hijos y a la vez estar tranquilos conociendo su ubicación», destaca. Álvarez reconoce que es un producto que se vende mucho por el boca a boca, si lo tiene un niño es fácil que termine comprándolo el resto de la pandilla. En Galicia, este año han constatado un aumento del 31 % de las ventas respecto al año anterior, al igual que han crecido más de un 34 % las visitas a su página web.
Esta marca cuenta con una gama de productos dirigidos a niños de 4 a 9 años y otra pensada para más mayores, modelos más discretos y con acceso a WhatsApp pero que, según subraya el responsable de SaveFamily, «es una aplicación que los adultos pueden gestionar en remoto desde sus dispositivos, habilitándola cuando lo consideran oportuno». Y, aunque es una empresa que nació hace seis años centrada en el público infantil, el desarrollo de estos productos les llevó a crear una tercera gama destinada a otro colectivo que precisa también de esta vigilancia remota, como son las personas dependientes o mayores. Estos dispositivos incluyen las mismas funciones que los diseñados para menores e incluyen tres más: un aviso de caída, recordatorio de medicamentos y monitorización de la salud en remoto.