Apenas hubo jugadores de España que se salvaran del pésimo papel general
03 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque el esperpento que rodeó el concurso de la selección en el Mundial explica bastante de lo ocurrido en Rusia, tampoco escapan de la quema los elegidos para representar a España. Apenas hubo excepciones individuales en el desastre colectivo
Portería
David De Gea. El meta del Manchester United llegaba a Rusia con el aval de su gran temporada en la Premier, donde fue el segundo portero menos goleado y el sexto que más paradas realizó pese a militar en uno de los equipos grandes. Sin embargo, ya había flojeado en los amistosos previos y apenas intervino en el Mundial, del que se marchó casi inédito. Solo atajó un balón, en el tercer encuentro, y transmitió una inseguridad constante, culminando la cita con la tanda de penaltis frente a Rusia, en el que no logró rechazar ningún disparo.
Defensa
Sergio Ramos. El capitán tuvo su peor día frente a Marruecos. De una falta de entendimiento con Iniesta nació el primer gol del rival y de un error en la marca, el segundo. Forzó el tanto de España en octavos, pero su contribución no fue bastante para frenar la sangría sufrida por un equipo que solía presumir de solidez y que solo ante Irán logró mantenerse imbatido.
Gerard Piqué. Grave su fallo en el penalti que regaló el empate a Rusia. Antes ya se había mostrado poco acertado en labores destructivas, falto de entendimiento con Ramos.
Jordi Alba. Su versión con el combinado nacional no tuvo nada que ver con la que ofreció defendiendo al Barça esta temporada. Quizá pagó el agotamiento propio de un curso eterno, pero apenas aportó nada en ataque y sufrió en defensa.
Dani Carvajal. Se perdió el primer encuentro, todavía renqueante de una lesión, y no ofreció nada en los dos siguientes. Ineficaz por falta de espacio ante Irán, tampoco irrumpió por sorpresa frente a Marruecos. Vio el duelo de octavos desde el banquillo.
Nacho Fernández. Relevó a su compañero del Real Madrid y cometió la primera pifia del campeonato con un penalti a Cristiano. Después se rehízo y marcó un buen tanto. Reapareció ante Rusia en un duelo en el que no aportó una sola solución ofensiva.
Centro del campo
Sergio Busquets. Pasó tres partidos amenazado de suspensión y convertido en insustituible en su plaza. Ni siquiera la obvia fatiga le sirvió para ganarse un respiro. En cada cita tuvo que adaptarse a un giro en el esquema y no siempre se sintió cómodo con la compañía. Es el jugador de la selección que más precisa de una alternativa.
Koke Resurrección. Busquets manifestó sentirse cómodo al lado del centrocampista del Atlético, pero la pareja no se hizo notar en el duelo con Rusia. Le faltaron recursos para alterar la mala dinámica del duelo y mayor presencia en zona de peligro.
Thiago Alcántara. Dejó algunos detalles esperanzadores cuando saltó al campo frente a Portugal, pero no sostuvo el nivel ya de titular ante Marruecos. España precisa de su aportación en la medular para cambiar el ritmo.
Segunda línea
Andrés Iniesta. El sensacional futbolista que plasmó la superioridad de España en Sudáfrica se despidió de la selección con una actuación muy discreta. Pagó su intrascendencia con banquillo frente a Rusia y compareció demasiado tarde para arreglar el desastre.
Isco Alarcón. El mejor de los de Hierro mientras España estuvo viva. Se echó siempre el equipo a la espalda, aunque la responsabilidad le pesó demasiado en octavos.
David Silva. Intrascendente. Fue el jugador de la selección que más chutó, pero sin ningún acierto.
Marco Asensio. Fue la novedad en el duelo con el que concluyó la participación española y apenas logró entrar en juego superado por la falta de espacios.
Lucas Vázquez. El gallego solo tuvo minutos en la cita con Irán, pero fue incapaz de aprovechar su desborde para superar a un oponente ordenado. No se ganó más minutos.
Delantera
Diago Costa. Sensacional en el debut ante Portugal, se fue apagando poco a poco y echó de menos algo de compañía en el frente de ataque. Pese a los tres goles conseguidos no logró resolver las dudas en cuanto a si su presencia combina con el estilo de juego pretendido por la selección.
Iago Aspas. Fue con diferencia el jugador al que más precisó el combinado nacional y al que peor trató su técnico. Pese a crear peligro cada vez que tuvo ocasión de hacerlo, Hierro le racaneó los minutos y cuando recurrió a él fue tarde.
Rodrigo Moreno. Casi inédito el del Valencia, que solo saltó al campo para evidenciar las enormes lagunas del seleccionador en el manejo de recursos.