CON PERDÓN | O |
04 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.CADA DÍA, los periódicos se llenan de llamativas ofertas de vuelos. Los entendidos sostienen que se trata de una cruenta lucha comercial que protagonizan las compañías aéreas para hacerse con un trozo más grande de esa tarta llamada mercado. Pero cuando uno desciende del estadio publicitario a la realidad más cotidiana se percata de que las gangas se obtienen en todos los aeropuertos menos en el de Santiago. Parece ser que es muy fácil encontrar ofertas en ciudades como Málaga, Bilbao, Palma, Madrid y Barcelona. Pero lo que se dice aquí resulta más complicado que hallar la aguja en el pajar. ¿Por qué? Muy sencillo Hay tan pocos vuelos que éstos se llenan sin necesidad de ofertas. Y las compañías, mientras tanto, se frotan las manos. Por eso sería muy necesario que desde el aeródromo compostelano empezase a funcionar una línea de bajo coste. Daría un vuelco radical a la coyuntura actual y un nuevo susto a las aerolíneas tradicionales. Un último apunte: Galicia necesita un aeropuerto fuerte. La cultura de la leira, azuzada por el tribalismo local, debería desterrarse.