Manolo García protagoniza la otra gran apuesta de esta semana El músico apadrinado por Lou Reed presenta en A Quintana su último disco
16 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?iempre ocurrió. Los comienzos y los epílogos son sagrados. Eso debió de pensar la Concejalía de Cultura cuando diseñaba la oferta musical de las fiestas del Apóstol. Así que decidieron cronológicamente: que abra Bustamante y el epílogo, para Hombres G. Propuesta discutible, tal vez, pero invulnerable, porque los extremos generacionales quedaban cubiertos. Bustamante arrolló vestido de ángel y Santiago sufrirá de placer ante David Summers. Aunque entre la linealidad comercial queda un hueco para la antítesis. El jueves 21 de julio, la praza da Quintana recibe a Antony and The Johnsons. En un intento de síntesis, la definición objetiva sería: un joven neoyorquino decide invocar a las viejas glorias (Elton John, Frank Sinatra), modifica las letras que evocan amores heterosexuales y demás preceptos impolutos, y los transgrede desde la posmodernidad. El resultado, su propia definición: «Un combinado de soul y música espiritual e intelectual, en la que se transmiten las más puras emociones». Y es eso. Desde una imagen andrógina y un estilo que resulta imposible encuadrar sino es escuchándolo y reconociendo un sello propio inclasificable. Pero para quien tenga alguna duda en pagar los doce euros que cuesta el concierto, destacar que Lou Reed lo apadrinó en su trabajo The Raven , 2003, y el joven Antony rozó la miel del éxito en los escenarios junto al veterano neoyorquino. Además, su tema Hope there¿s somebody , será el himno particular de la nueva película de Isabel Coixet La vida secreta de las palabras . Su último trabajo, I¿m a bird now germinó este año, y acompañado de Lou Reed, Boy George, Rufus Wainwright o Devendra Banhart, dio a luz un disco intimista, para excavar las vísceras y lastimar las entrañas, para perderse en el laberinto del alma y después abrir una botella de champán: provoca tristeza y engendra exuberancia. A menudo se le atribuye una voz entre Nina Simone y Jimmy Scott. En cualquier caso, cita incuestionable para amantes de Van Morrison, Otis Redding o Billie Holiday. El punto de inflexión Manolo García es el punto de inflexión de las propuestas compostelanas. No es el ejemplo de oferta comercial que inunda los programas de mano de las fiestas. Pero su bagaje artístico y envidiable carrera por los senderos del pop español desde que en 1982 funda Los Burros lo avalan como un plan seguro. El artista presentará su nuevo trabajo, publicado hace algo más de un año y, para los más nostálgicos, incluirá éxitos de El Último de la Fila y referencias a sus comienzos junto a Quimi Portet . Es prácticamente indudable que a los santiagueses que acudan al concierto no se le dormirán los sentidos, aunque de sus bolsillos no salga arena, sino los 16 euros que cuesta la entrada.