La escuelas de Galicia competirán en diferentes modalidades y categorías durante el fin de semana
07 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Durante la tarde del próximo domingo la sala Capitol se convertirá en una especie de solar de la salsa y la música latina, un poco como esos espacios que en La Habana, en sesión matiné y recién el sol levantado para caldear el día, inundan el aire de olores y sabores de los más diversos ritmos: rumba, casino, guaguancó, cha-cha-chá, y lo que a las multicolores pieles les echen.
No será exactamente La Habana pero parecido, porque diferentes escuelas de salsa y ritmos latinos de Milladoiro, Ribeira, Padrón, A Coruña y Ourense, entre otros lugares, competirán con sus mejores bailarines a partir de las seis de la tarde. Habrá diplomas y trofeos a los mejores vestuarios, bailes de salsa en grupo o coreografías de danza modernas en las categorías de niños de 3 hasta 14 años, adolescentes (hasta 17 años) y adultos. Y no solo los bailarines lo podrán gozar sino también el público, por el precio de 5 euros la entrada, que ya se puede adquirir en Discos Gong.
Esta competición de música latina servirá de preparación para el gran campeonato de salsa que anualmente se celebra durante el mes de junio, y en el que compiten todas las escuelas, según cuenta Orlando González Cruz, quien dirige la escuela de salsa y ritmos latinos El Tomasón, que él creó hace tres años en Ribeira.
«Nuestra escuela de salsa y ritmos latinos recibe de la Xunta de Galicia el reconocimiento, pues tenemos niños desde 3 años participando de los trabajos latinos, 63 adolescentes y 32 adultos. Todos los años celebramos este festival en una ciudad distinta de Galicia. El año pasado lo celebramos en A Coruña y este decidimos celebrarlo en Santiago», comenta Orlando González Cruz.
Nacido en Ciudad Habana, enjambre mestizo de barrios y municipios que rodean La Habana y donde ya se nace rumbeando, Orlando estuvo primero en Francia y después decidió venirse a Galicia «con la idea de trabajar de cualquier cosa». Pero sus amigos le animaron a que se dedicara a lo que era lo suyo: bailar. La idea parece que le enganchó definitivamente. «Ahora ya estoy montado en el caballo», confiesa religiosa y afrocubanamente, expresando así su sensación de sentirse poseído por la danza.
Orlando se siente comprometido socialmente con su escuela que creó hace tres años El Tomasón, nombre en cuyo origen está la controversia sobre el origen de la salsa, para él inequívocamente son cubano fusionado con instrumentos de viento, como pensaba Celia Cruz, que confesaba que la única salsa que conocía era la de las comidas. «La gente me decía `Toma salsa'. Y yo respondía `No tomes salsa, toma son´. Y como mi nombre es Orlando, como el del tomate, pues quedó Tomasón», explica el bailarín sobre la razón del nombre.