La sociedad santiaguesa se volcó en la inauguración de «Compostela, un ano de Voz», el resumen gráfico de los mejores momentos del 2009 en la capital
17 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La misma imagen es capaz de provocar sentimientos bien diferentes en cada espectador que la contemple. Eso se podía ver bien ayer, durante la inauguración de la exposición Compostela, un ano de Voz , en el Colexio de Fonseca.
Muchas de las casi sesenta fotos que componen la muestra pasaron casi desapercibidas en las páginas del periódico. Fueron flor de un día, como a menudo ocurre en periodismo. Pero si a alguien se les ocurre recuperar esos momentos, ampliarlos y enmarcarlos, la memoria vuelve de inmediato a ese instante irrepetible que cada uno vivió de una manera diferente.
Decía en la inauguración el secretario xeral de Medios, Alfonso Cabaleiro, que de todas las imágenes, él se quedaba especialmente con una emotiva instantánea firmada por Xoán A. Soler, en el que un recién investido Alberto Núñez Feijoo abraza emocionado a su padre.
El alcalde compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, compartía la percepción de la imagen pero, al mismo tiempo, reparaba en las caras descolocadas de los protagonistas de otras dos fotos, estratégicamente colocadas a ambos lados de Saturnino Núñez y de su hijo Alberto: Anxo Quintana y Emilio Pérez Touriño.
El cambio de color de la Xunta es solo uno de los argumentos informativos en este resumen gráfico del año. En otra de las líneas fundamentales reparaba también Bugallo: los problemas del rural compostelano, de los ganaderos que, con el año acabándose, siguen luchando por lo que les corresponde.
Era especialmente emocionante ver ayer en Fonseca a protagonistas de primera línea de la actualidad política compostelana dejando a un lado sus diferencias y volcados en el disfrute de la actualidad retratada; ver el saludo cordial entre el alcalde nacionalista de Teo, Martiño Noriega, y el concejal popular de Santiago, Ángel Espadas; o al rector de la Universidad de Las Palmas tratando de aportar con su presencia, como bien señaló el rector, un rayo de sol a una jornada gélida.
El protagonismo indiscutible fue ayer de los autores de las instantáneas, Xoán A. Soler -que habló en nombre de sus compañeros con palabras que calaron hondo-, Paco Rodríguez, Sandra Alonso y Álvaro Ballesteros. Y también, todo hay que decirlo, de la hija de los dos últimos, que nacerá en febrero.
«La Navidad no llega de verdad hasta que se inaugura esta muestra», decía alguien entre la multitud. Y algo de cierto hay, porque ayer, en Fonseca, el espíritu navideño, el de la cordialidad y el de las diferencias aparcadas, aunque sea por unos días, estaba por todas partes. Y gracias al buen periodismo.