Gran Bretaña y Holanda son las monarquías más caras de Europa

Imanol Allende, Juan Oliver, Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

18 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

GRAN BRETAÑA

Solo oficialmente la reina y su esposo reciben 8,3 millones

La realeza británica le cuesta anualmente al erario público 47,8 millones de euros. Sin embargo, grupos antimonárquicos sostienen que Isabel II y su familia gastan mucho más que la cifra oficial, hasta 208 millones de euros. Solo la reina y su marido reciben dinero oficialmente de la llamada lista civil, unos 8 millones de euros, la soberana, y 370.000 euros, el duque de Edimburgo. El resto de los miembros de la familia, excepto el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, los duques de Cambridge y el príncipe Enrique, tienen unos pagos anuales. Por ejemplo, el duque de York recibe unos 294.000 euros, los condes de Wessex cobran unos 166.000 euros, y los duques de Gloucester, 206.000 euros. La financiación debe ser aprobada por el Parlamento. Buena parte de las riquezas de la reina, desde las joyas de la Corona hasta sus cuadros de Tiziano y Caravaggio, no son realmente propiedad suya, sino que Isabel II las administra en nombre de la nación. Fuentes del Tesoro británico indicaron el año pasado que la reina y su familia verán reducidos los 47,8 millones de euros que reciben anualmente. Según el Tesoro, el recorte de ingresos será del mismo orden que los impuestos a otros departamentos, un 8,3 %.

DINAMARCA

La transparencia lleva a la familia real a colgar todos sus ingresos en Internet

Alto y claro. En la web están colgadas no solo las directrices, sino también los informes anuales, uno tras otro, que muestran la transparencia que existe en Dinamarca no solo cuando se habla de la casa real, sino de cualquier ciudadano: evadir impuestos no solo constituye, lógicamente, una ilegalidad, sino que es enorme el repudio social hacia ello. Así, el pasado 1 de octubre y echando la vista atrás doce meses, la casa real había recibido 75,5 millones de coronas, lo cual viene a significar algo más de 10,1 millones de euros, de los cuales el príncipe consorte recibe el 10 % y la princesa Benedikte el 1,5 %. A eso hay que sumar que el heredero de la corona percibe dos millones largos de euros (de ellos, 200.000 van a su mujer). Por otra parte, el hijo menor de la reina, el príncipe Joaquín, recibe unos 440.000 euros. Pueden parecer cantidades más o menos altas, pero la familia real no goza de privilegios a la hora de pagar impuestos por sus propiedades, y en caso de fallecimiento los aspectos económicos reciben el mismo tratamiento que los de cualquier otro ciudadano.

SUECIA

El Parlamento refuerza el control tras los supuestos tratos del rey con la mafia

Calificar a la monarquía sueca como la oveja negra de los países nórdicos es en verdad cierto, pero teniendo en cuenta que el nivel de exigencia de la sociedad es mucho más alto que en el mundo latino. Lo que ha indignado a los suecos son las amistades peligrosas que ha hecho el rey Gustavo y que han salido a la luz. A mediados de este año el escándalo había estallado: el rey se vio obligado a desmentir que las noticias de Radio Suecia eran falsas. O sea, que no era cierto que Anders Lettstroem, empresario y amigo íntimo del monarca, estuviera negociando con un guardaespaldas de Milan Sevo, el delincuente más conocido de Suecia. El problema es que esas negociaciones estaban grabadas. Eso, junto a los comentados líos de faldas de Gustavo y en cierto modo a la actitud de distancia para con sus compatriotas que adopta actualmente en Nueva York -donde vive- la hija menor, Madaleine, ha causado tanta indignación que el Parlamento acaba de votar una ley que aumenta la transparencia en la economía real. Eso sí, esa ley fue aprobada por un estrecho margen.

HOLANDA

El papel discreto y apreciado de la segunda casa más cara en Europa: 40 millones al año

La familia real holandesa ha sabido mantener un discreto papel institucional y apenas figura en la vida política del país más allá de su aparición puntual en los actos oficiales y festivos. Quizá por eso, porque no ha sido fuente de demasiados escándalos en la prensa rosa y porque el Gobierno informa puntualmente y con plena transparencia sobre los gastos e ingresos que reciben del Estado los miembros de la casa real, los holandeses asumen sin problemas que su monarquía sea la segunda de Europa, tras la británica, que más dinero les cuesta a los ciudadanos: casi 40 millones de euros al año. Según una reciente encuesta, solo un 11 % de la población desearían que el país se convirtiera en una república, y casi un 75 % defienden mantener intocable la fórmula actual de organización del Estado. Los holandeses, además, distinguen entre la familia real, que componen la reina Beatriz, la reina madre (Juliana), su esposo el príncipe Bernardo y todos sus hijos, nietos y consortes, de la casa real, que solo forman la reina, la exregente, sus consortes y los herederos al trono.

BÉLGICA

Una monarquía barata, pero desacreditada y pródiga en escándalos

Los habitantes de Bélgica dicen que solo hay tres cosas que mantienen unidas a las dos comunidades (flamencos y valones) que conforman el país: la cerveza, la selección nacional de fútbol y la monarquía. Aunque la familia real ya no goza de la misma devoción popular que en tiempos del rey Balduino, sigue disfrutando de cierto grado de respeto entre los belgas, sobre todo entre la minoría valona, a la que pertenecen, por el papel del rey como mediador en la difícil situación política que atraviesa el país. Además, la casa real no está entre las que más dinero cuestan a los contribuyentes. El presupuesto para el 2011 ronda los 13,7 millones de euros, a repartir entre el rey Alberto II, su esposa Paola, su madre, Fabiola, sus tres hijos (Felipe, Astrid y Lorenzo), sus respectivos consortes y una decena de nietos y nietas. Por si fuera poco, los belgas están acostumbrados a los escándalos reales. Hace unos años, durante el discurso de Navidad de 1999, el rey reconoció que tenía una hija ilegítima, Delphine Boël, fruto de un affaire de juventud con una aristócrata belga.

NORUEGA

Un tema rutinario ante el que la ciudadanía permanece indiferente

Quizás sea porque Noruega es un país muy nuevo o quizás sea porque tiene tan solo 4.900.000 habitantes, el caso es que las finanzas de la casa real no interesan a nadie. Es algo rutinario a lo cual se le da mucha menos importancia que a acontecimientos como el centenario de la llegada por primera vez al Polo Sur, hazaña que protagonizó un danés y que ha puesto esta semana al país patas para arriba con actos y celebraciones, en una muestra de orgullo colectivo. Claro está que, fuera del hecho de que la monarquía ha perdido su sangre noble con la entrada de una divorciada, no hay noticias de palacio. El rey y los otros 12 miembros de la casa real cumplen un papel institucional por el cual se han granjeado el cariño de sus conciudadanos, así que la polémica no existe por ningún lado. Para este año que está a punto de decir adiós, el rey Harald y la reina Sonia han recibido del erario público un total de un 1,2 millones de euros, que tienen que ser auditados por lo que allí se llama un auditor con firma. O sea, alguien de conocimiento, reconocimiento y peso.