El mal tiempo retrasó el festival DesOrdes Creativas, pero todos los artistas terminaron sus obras

«Mira que traballan estes rapaces», afirma una mayor ordense que, cargada con la bolsa de la compra, observa desde la acera de enfrente como el extremeño Daniel Muñoz, San, convierte una vivienda de planta baja de la rúa dos Lagartos en toda una obra de arte, una particular página de periódico con un diseño que si no fuese porque incluye un iPhone parecería una portada del siglo XIX. La misma obra tampoco pasa desapercibida para otro vecino, que circula por la acera en silla de ruedas y que debe interrumpir la faena de San, que se baja de la escalera de pintor para dejarle paso sin soltar el pincel.

No es la grabación de una película, es el festival de arte urbano DesOrdes Creativas, que cada agosto convierte deslucidas paredes de varias viviendas del municipio en un lienzo para muralistas de todo el mundo.

A escasos metros de esta calle, en la confluencia de la rúa dos Lagartos y la rúa Nova, otros dos artistas urbanos, los compostelanos Twee Muizen, trabajan contrarreloj porque el tiempo acecha, ya que la hoja de ruta del DesOrdes ha saltado por los aires por la lluvia. La pintura corre por la pared de esta vivienda que ya luce otro mural de una edición anterior mientras varias gallinas recuerdan a los artistas y curiosos que están ocupando su territorio. No son las únicas aves del entorno, ya que en la misma rúa Nova, Alegría del Prado ya terminó su mural, con un pájaro de grandes dimensiones que acapara todas las miradas.

A escasos metros de este museo al aire libre, en el parque cercano a la Alameda, cuadros y material de pintura evidencian que por allí también pasó el festival. Y más allá del polígono hay artistas trabajando porque ya no llueve. Hoy habrán terminado.

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