Barcelona presionaba al Gobierno de España para apostar por una única candidatura
22 mar 2021 . Actualizado a las 08:44 h.En 1995 tres ciudades españolas aspiraban a convertirse en Capital Europea de la Cultura entre los años 2000 y 2002, un título otorgado por el Consejo y el Parlamento Europeo a una o dos ciudades europeas, que durante un año tienen la posibilidad de mostrar su desarrollo y vida culturales. Santiago tenía una competencia muy dura, porque Barcelona y Salamanca también querían representar a España en este selecto club. Desde la capital catalana metía presión el político Miquel Roca, que aquel año era el candidato a la alcaldía y trataba de convencer al Gobierno de España de que escogiese a una de las tres candidatas. Sánchez Bugallo, por entonces portavoz del gobierno liderado por Xerardo Estévez, se mostraba confiado, porque creía que las ciudades medianas tenían más posibilidades. Tenía razón. Santiago fue capital cultural en el 2000 junto a otras urbes europeas, y Salamanca lo fue en el año 2002.