El barrio «independiente» lituano ya tiene una placa en gallego en sus calles
27 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Mientras en Santiago se celebraban actos con estrictos protocolos y medidas seguridad, a 3.500 kilómetros de distancia, en Vilna, la capital de Lituania, corría el pulpo y la cerveza con motivo del Día de Galicia. Nada que no hayan hecho en otras partes del mundo las comunidades de gallegos de la diáspora, con la diferencia de que en esta ocasión quien promovía el evento era una «república independiente» muy particular. Uzupis es un barrio bohemio muy abandonado durante la etapa soviética que ha vivido en los últimos años una gran transformación. Entre otros motivos por la intensa actividad cultural de sus vecinos, que hace 24 años decidieron independizarse del resto del mundo y tener su propia moneda y sus normas de convivencia, que son aceptadas de buen grado en toda Lituania por su carácter humorístico y su enorme sentido común. También tienen su propia Constitución, con 41 artículos, de la que van poniendo placas en el muro de una calle en diferentes idiomas. Cada vez que colocan una hacen una pequeña fiesta de acercamiento cultural, y este año le tocó a Galicia. Desde el domingo cualquiera que pasee por este barrio -con buenas razones turísticas, porque está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- podrá encontrarse una placa en gallego, que fue inaugurada por el actual embajador de España en Lituania. La casualidad, porque la iniciativa surgió por la propuesta de dos gallegos que viven allí, quiso que el representantes del Gobierno fuese José María Robles Fraga, sobrino del expresidente de la Xunta, que participó encantado en la iniciativa de un barrio que, a pesar de su rebeldía, es muy respetado y querido en todo el país. Robles hizo un breve discurso explicando lo que significaba el 25 de julio y algunas pinceladas de la comunidad y del Camino de Santiago: «Convidei a todos a visitar Galicia no Xacobeo e a ser felices, como establece a lei do bohemio barrio de Vilna», explicó el diplomático tras participar en un concurrido evento que estuvo precedido por una campaña para promover la peregrinación, con una gran pancarta en gallego y en lituano. Aunque todo en Uzupis coquetea con el surrealismo, algunas cosas se las toman en serio, por lo que fue el propio presidente de la república, el poeta y director de cine Romas Lileikis, el que acompañó a Robles en el solemne momento de descubrir la placa.
El embajador alucinado
Ya estuvo participando en los actos del Día de Galicia, y ayer lunes activó una agenda de trabajo muy intensa que le llevará a visitar las principales instituciones gallegas y las ciudades de A Coruña y Vigo. Pero el embajador de Japón en España, Kenji Hiramatsu quiso alojarse durante su visita a Galicia en Santiago, igual que hizo a principios de los años 80, cuando era un estudiante y llegó solo a la ciudad para participar en un curso de verano. Cuenta el diplomático que se alojó entonces en una pensión del casco histórico, y que la primera vez que entró en la praza do Obradoiro era de noche. Se quedó impresionado, y todavía hoy recuerda siempre que puede los días que pasó en Santiago, cuando apenas conocía el idioma pero aprendió el sentido de la hospitalidad de los gallegos. Ayer pudo observar la fachada de la Catedral, pero ya a la luz del día y recién rehabilitada, de la mano del rector de la USC, Antonio López, con el que salió al balcón de San Xerome para contemplarla. Hoy se entrevistará con el alcalde.
Graduados en Química
49 alumnos de la novena promoción del grado de Química de la USC acabaron sus estudios en Compostela y lo celebraron como se merece. La decana de la facultad, Pilar Bermejo, presidió el acto, al que también acudió el decano del Colexio Oficial de Químicos de Galicia, Manuel Rodríguez Méndez. Ejerció como madrina la profesora del departamento de Química Inorgánica, Ana María González Noya, que les recomendó «ambición e novos retos», con la máxima presente de que «o esforzo ten recompensa». Les recomendó buscar un trabajo que les haga feliz, y que no tuviesen miedo a equivocarse «porque sempre haberá unha oportunidade». El recién graduado José Alejandro Gandarela González habló en representación de sus compañeros.