Los vecinos discrepan con la solución al firme y a la albardilla
14 oct 2021 . Actualizado a las 21:24 h.La rehabilitación del puente medieval de Furelos, que financia el Ministerio de Transportes con una inversión de 285.515 euros, no está gustando a los vecinos de ese núcleo homónimo del Camino Francés a su paso por el municipio de Melide. Y no porque estén disconformes con la intervención en sí, que es necesaria, sino por la solución estética planteada para el firme y la albardilla de la vía del siglo XII. «Non estamos conformes, nin co chan, nin coa varanda», afirman desde la comisión parroquial, tras promover una reunión y una recogida de firmas entre los lugareños con la pretensión de dejar constancia del sentir mayoritario a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta.
Cerca de sesenta vecinos de Furelos expresaron con su rúbrica su oposición a la restauración de la albardilla con losas de esquisto, colocadas en vertical sobre los pretiles del puente, así como con la piedra empleada para rehabilitar el firme. En sendas intervenciones no se avanzó en exceso, y se encuentran, además, paralizadas. Los trabajos, en las últimas semanas, se centraron en la plataforma, proyectada a modo de extensión del Camino de Santiago como mirador con vistas al puente, y como espacio de descanso.
La suspensión de las obras en la propia vía medieval no pasa desapercibida para los vecinos, que se muestran, tal y como afirma una lugareña, «preocupados e enfadados», porque, a mayores, el proyecto de restauración no contempla la reparación de los daños estructurales que presenta el puente. En Furelos no las tienen todas consigo con la respuesta que, ante la postura vecinal, pueda dar Patrimonio.
A ese departamento de la Consellería de Cultura ya se dirigieron formalmente, en su día, desde el Museo Terra de Melide para manifestar su disconformidad y preocupación tanto por la solución a la albardilla y al firme del puente, como por la falta de ella para el deterioro que presenta la vía medieval en estructuras como los espolones y tajamares, que son piezas determinantes al encauzar la corriente de agua, evitando daños en los pilares. En el museo etnográfico de la comarca, que comunicó su inquietud a los servicios de Arquitectura y del Camino de Santiago, están pendientes de una respuesta de Patrimonio.