De Cuba a la hostelería en Salgueiriños con el sueño de recuperar los sabores de su tierra

Abrir un negocio de hostelería en plena pandemia dice mucho del espíritu emprendedor y de la capacidad para asumir riesgos de quien toma la decisión. Hacerlo el 30 de diciembre con las recién estrenadas medidas restrictivas por la sexta ola de la pandemia es la guinda del reto que Grisel Rodríguez y Raúl Alejandro Perera asumieron desde la víspera de Nochevieja en el Bar Témpora, en el barrio de Salgueiriños, a un paseo de la explanada del mercadillo de Santiago. Tienen un buen paracaídas ya que esta pareja llegó de la isla caribeña hace cinco años porque aquí ya estaban instaladas desde hace siete la madre y las hermanas de ella. Saltaron el charco con cierta experiencia en el sector de la hostelería y comenzaron a trabajar desde su llegada en el Bar Tabacos, en la zona de Concheiros. No tardaron en adaptarse a Galicia, pese al frío que percibieron en el termómetro y en la gente. «Aquí las personas son más distantes y hay que ganárselas poco a poco, pero cuando lo consigues y hay confianza son muy amables y acogedoras», relata ella. Esa sintonía la tuvieron con el dueño del bar en el que trabajaban, ya que fue quien los animó dar un segundo salto que ya tenían en mente. El Témpora había cerrado y su elección fue sencilla, ya que el local de Salgueiriños estaba disponible y adaptado. Con un aterrizaje tan reciente, esta pareja apuesta por dar continuidad al modelo de negocio que tenía el Témpora pero con pequeñas variaciones y echándole muchísimas horas, ya que abren al público a las seis de la mañana y echan el cierre sobre la medianoche. De hecho, el cambio de año y las tradicionales uvas les pillaron en su recién estrenado local, porque en estos momentos su mayor clientela les llega a última hora. Esto no impide que apuesten por una carta con especial cuidado a los desayunos, así como comida tradicional, platos combinados, bocadillos y raciones. Recuperar el menú del día es una de las posibilidades que están analizando. De momento, y a la espera de ver cómo evoluciona todo, no descartan incorporarlo. Lo que Grisel Rodríguez tiene muy claro es su deseo para «poco a poco, ir introduciendo algún plato de comida cubana. Queremos respetar la cultura de aquí, pero también dar a probar el sabor cubano. Creo que puede resultar, y si no es así no pasa nada porque tenemos que aceptar que estamos en otro país, pero queremos intentarlo».

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