Dos paredes repletas de amor y dedicatorias bonitas a una madre y su hija en Compostela

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Junto con las fotos de artistas, paisanos colombianos y otros clientes especiales del Rías Baixas, en este restaurante santiagués muestran con orgullo los mensajes afectuosos que dejan clientes de multitud de países en sus paredes. Con una capacidad para hasta 150 personas, en el negocio dirigido por Yamile y su hija Vilma ya le han echado el ojo a una huerta anexa situada en la parte posterior para seguir creciendo.
Junto con las fotos de artistas, paisanos colombianos y otros clientes especiales del Rías Baixas, en este restaurante santiagués muestran con orgullo los mensajes afectuosos que dejan clientes de multitud de países en sus paredes. Con una capacidad para hasta 150 personas, en el negocio dirigido por Yamile y su hija Vilma ya le han echado el ojo a una huerta anexa situada en la parte posterior para seguir creciendo. Sandra Alonso

Clientes de todo el mundo dejan su huella desde abril en el restaurante Rías Baixas

12 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay un restaurante en Santiago que, en vez de un libro de firmas, tiene un par de paredes reservadas para que los clientes plasmen en ellas sus dedicatorias, dibujos y comentarios. Estos dos muros del Rías Baixas, en Galeras, se han convertido en una fuente de motivación y energía positiva para Yamile Caicedo y su hija Vilma Mina, colombianas de 44 y 26 años. Explica la madre, quien dejó atrás Cali y llegó a la capital gallega en el 2015, que en su país ella ya tuvo su propio establecimiento y aquí estuvo trabajando para terceros hasta que pudo coger las riendas de su propio negocio. «Algunos de mis exjefes a los que quiero mucho, como Juan del Zum Zum, me incentivaron a poner mi propio restaurante», indica una chef profesional e industrial que llegó a dirigir servicios para miles de personas.

«El mesón original llevaba más de 10 años cerrado y yo estaba trabajando en el local de al lado», recuerda Yamile, quien emprendió su primera aventura como autónoma en España el 15 de diciembre junto a Vilma, una graduada en INEF con experiencia como camarera y responsable ahora de los postres del Rías Baixas. Unos meses más tarde, se trasladaron al bajo colindante (antiguo Tordoia) para disponer de más espacio. Y allí dejó el 26 de abril la primera dedicatoria en la pared Eduardo, «nuestro mejor cliente, un hombre que desde que nos conoció viene todos los días y se alegra de cada pequeño paso que damos», destaca la cocinera. «Él siempre nos decía que somos muy saladas y otros muchos nos felicitaban al salir por lo rica que está la comida, por nuestro café 100 % colombiano —¡cómo no!—, por el trato... Y se me ocurrió que todas esas manifestaciones de cariño se quedaran plasmadas aquí de alguna forma», dice la hostelera, decidida ya a habilitar una tercera pared para dar continuidad a la iniciativa.

Mensajes escritos por brasileños, chinos, ingleses, portugueses... «Tenemos una clientela muy internacional», confirma Yamile, quien hace por encargo cualquier tributo gastronómico que le pidan, ya sea un plato peruano, árabe, ruso o mexicano. «Nos pueden encargar cualquier receta y lo que hacemos aquí es recordar esos sabores que extrañan», añade. Confiesa con la voz quebrada esta colombiana que el restaurante de Galeras se ha convertido en su lugar favorito del mundo, en especial su rincón de dedicatorias: «Este es un muro de motivación también para nosotras. Cuando tenemos un mal día vamos a ver qué nos escribieron y hay palabras mágicas que nos sacan una sonrisa como rico, delicioso, espectacular... Lo más bonito es que, por medio de la comida y la buena atención, recibas tanto amor. De repente, se te olvida todo lo feo y la parte más oscura, las veces que te llamaron negra, sudaca y demás. Sacas esa berraquera y te da fuerzas para seguir adelante. Además, mucha gente se sienta horas y horas frente al mural y ves cómo disfrutan y sonríen de vez en cuando, como quien lee un libro».

El Rías Baixas también ha supuesto la oportunidad de que madre e hija, empleadas en el mismo sector, puedan compartir más tiempo juntas e ilusiones. «Vilma es profesional del deporte, pero ya en Colombia ella y su hermano me ayudaban en el restaurante cuando salían de la universidad. Sin embargo, aquí ella y yo trabajábamos en distintas empresas y él es ahora repartidor», aclara la chef. En su casa ofrecen tanto menú del día como carta y atienden peticiones especiales siempre que se le comuniquen con suficiente antelación. Yamile destaca la calidad del producto gallego: «Aquí tenemos una materia prima buenísima y, si lo que quieren es disfrutar de nuestra gastronomía, yo recomiendo el pulpo, el marisco o la ternera gallega... Yo amo Galicia y a mí Santiago me ha dado mucha felicidad».