El homenaje a los mayores de dos pequeñas aldeas de Teo que mantuvieron viva la tradición

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

María Barreiro, más conocida como María de Andrés, es una vecina de 99 años de Penelas (Teo) muy querida en su aldea y nacida en Boimorto. Hija de Andrés O Zoqueiro, trabajó durante décadas en el oficio paterno rompiendo estereotipos de género y es una fuente de saber en cuanto a leyendas, ritos, cantos de foliada y hasta recetas tradicionales. En la foto, con un curioso instrumento ideado por su padre, llamado «bruador».
María Barreiro, más conocida como María de Andrés, es una vecina de 99 años de Penelas (Teo) muy querida en su aldea y nacida en Boimorto. Hija de Andrés O Zoqueiro, trabajó durante décadas en el oficio paterno rompiendo estereotipos de género y es una fuente de saber en cuanto a leyendas, ritos, cantos de foliada y hasta recetas tradicionales. En la foto, con un curioso instrumento ideado por su padre, llamado «bruador». CEDIDA

La abuela María, Edelmira da Revolta y Antonia de Banzas son figuras que A Regionalista reconoce en vida, junto con otros vecinos ya fallecidos de los lugares de Penelas y Tras do Eixo

22 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Este fin de semana se rendirá un homenaje en vida a María Barreiro Giao (la abuela María o María de Andrés), Edelmira da Revolta y Antonia de Banzas. Son tres de las personas a las que reconoce el colectivo cultural de A Regionalista de Teo en un libro-cedé llamado Son da miña aldea, así como a otros vecinos ya fallecidos de los lugares de Penelas y Tras do Eixo que han ayudado a mantener viva la tradición. Estos dos pequeños núcleos de la parroquia de Cacheiras, que no llegan a sumar 200 habitantes entre ambos, son especialmente ricos a nivel cultural y han tenido guardianes del saber popular que lo han transmitido a las nuevas generaciones para que no se pierda en el agujero negro del desinterés.

Tras varias décadas de trabajo de campo, «percorrendo o país, de norte a sur e de leste a oeste, máis aló das fronteiras políticas», A Regionalista decidió poner el foco en esta área geográfica «polo noso vínculo afectivo» y porque en apenas 1,5 kilómetros cuadrados se concentraban cinco gaiteiros, dos acordeonistas, tres pandeireteiras y varias cantadoras, entre otros transmisores de cuentos, cantos y melodías. «Era unha débeda histórica, que salvamos despois de moito tempo», dice Julia Mª Pozo Méndez, presidenta de la asociación vecinal Trinxidoiro y coautora de Son da miña aldea junto a José María Cebeiro y Xosé Francisco Noia.

Pero el proyecto no solo se quedó en una publicación autoeditada que inmortaliza en el tiempo la contribuciones de una docena y media de personas, sino que además se han instalado unos códigos QR en la puerta de las casas de cada uno de ellos que permiten conocer sus aportaciones y acceder a la música interpretada. Andrés Barreiro, José Iglesias, Josefa Cacho, Antonio Sánchez Ramos, Jesús Villar, Manuel Fernández Seoane, Sabino Franqueiro, Victoria Midón, Manuela y Maximino Teo son distinguidos a título póstumo en los capítulos de la publicación de A Regionalista, la cual se presentará en un acto público este domingo a las 18.00 horas en el Cuberto de Cebeiro, en Penelas (uno de los cubiertos y quinteiros que la asociación ha ido recuperando en Teo para convertirlos en espacios culturales).

A él está previsto que asistan «voces do territorio» en vida, como Edelmira Fernández Airís y Antonia Banzas, así como María Barreiro, vecina de la aldea que cumplirá los 100 años en septiembre, quien no solo ha dado a conocer recetas tradicionales en peligro de extinción -como el pandelo- sino que también conserva un curioso instrumento ideado por su padre (Andrés Barreiro) conocido como bruador, una evolución de un aparato que imitaba la llamada de los bueyes con el que se anunciaba el inicio de la foliada en la casa de Horacio.

El instrumento inventado por Andrés O zoqueiro

«Un dos trebellos sonoros máis curiosos que atopamos no noso percorrido polas diferentes aldeas do país foi sen dúbida o bruador de Penelas. Todo comezou, co relato simpático da Chamada dos Bois, que tiñamos escoitado na aldea. Andrés, o zoqueiro, tiña un aparato que imitaba á perfección a chamada dos bois. A primeira vez que o fixo soar, na foliada da casa de Horacio do Cruseiro, a xente botou a andar polos camiños e corredoiras na procura dos bois de Muxico. Nunca tantas risas provocou na aldea. Dende aquela, o bruador exerceu de fonte sonora para indicar que daba comezo a foliada/xunta na casa de Horacio. Este instrumento foi ideado por don Andrés Barreiro Ayube (1902- 1955), na década do 30, antes da Guerra civil española, no lugar de Penelas. Segundo relata a súa filla, a avoa María (99 anos). O primeiro prototipo fíxoo cunha cazola vella de barro ao que lle puxo un coiro tapando a boca desta, ben atado e tenso. Por el corría un cordón dos zocos con pez. O movemento, de fricción de ida-volta, emitía un son que era amplificado pola propia cazola. Vendo as posibilidades deste, fixo outro modelo máis lixeiro e práctico, cun corpo de madeira, a modo de peneira e pel de cabrito que el mesmo curtira. Sabemos que estivo activo ata a década dos cincuenta, na que as xuntas en Penelas foron a menos. A morte repentina do señor Andrés, nunha malla na Barcia, paralizou para sempre o bruador. A día de hoxe, non sabemos que o motivou a realizar este trebello, como lle chaman no lugar, ou que fonte o puido inspirar», explica el libro Son da miña aldea. Su autor José María Cebeiro, con domicilio familiar en Penelas, explica que desde la asociación cultural se arregló el instrumento original que conservaba su hija y se hizo una réplica del mismo para asegurar su pervivencia en el tiempo.