Cáritas sitúa la vivienda como el mayor escollo para lograr plena inserción sociolaboral

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Pilar Farjas y Santiago Fernández presentaron el informe del 2023 de Cáritas Diocesana
Pilar Farjas y Santiago Fernández presentaron el informe del 2023 de Cáritas Diocesana CEDIDA

La entidad ayudó por vía directa a 20.027 personas en el 2023 en la diócesis

21 jun 2024 . Actualizado a las 21:34 h.

Cáritas Diocesana de Santiago prestó ayuda de forma directa durante el año pasado a un total de 20.027 personas, pero las beneficiarias reales fueron más del doble: 44.462, un número inferior al del año pasado (24.863 personas atendidas de forma directa y 47.323 beneficiarias) ya que el 2022 fue un año especialmente duro por las consecuencias socioeconómicas y personales que dejó la pandemia. La entidad, cuyo ámbito de actuación abarca 111 municipios de las provincias de A Coruña y Pontevedra, entre los que se encuentran las ciudades de A Coruña, Santiago y Pontevedra, presentó ayer su balance de actividad confirmando que la vivienda fue y seguirá siendo el principal escollo para lograr la plena integración sociolaboral. Este problema nace tanto por el elevado precio de los alquileres como por las dificultades que tiene Cáritas para conseguir inmuebles, según señaló Pilar Farjas, directora de Cáritas, durante la presentación del balance. De hecho, Farjas confirmó que en este semestre del 2024 la partida económica destinada a pagos vinculados a las viviendas se había incrementado en un 45 % respecto al 2023 debido, precisamente, a que los precios de los alquileres se han duplicado.

«La reducción drástica que se ha producido en la oferta de viviendas en alquiler y la inseguridad que acompaña a los contratos ha hecho que las dificultades para el acceso a un contrato de alquiler de las familias que con las que trabajamos y a las que acompañamos se haya multiplicado exponencialmente», incidió la responsable de Cáritas. En concreto, el balance de la oenegé en el ámbito de la vivienda del 2023 implicó la atención a 246 personas que necesitaron un inmueble de acogida y 429 que no tenían hogar.

Cáritas constató con este balance del 2023 un cambio en el perfil social que más necesita su ayuda, ya que si en los últimos años eran personas de nacionalidad española ahora son inmigrantes. Y en el área de Compostela los países de procedencia principales son Venezuela, Cuba y Perú. De ellos, Cáritas resalta que suelen ser familias con hijos que buscan asentarse de forma definitiva, por lo que, con el apoyo de sus servicios de atención urgente y asesoramiento legal y laboral logran una rápida integración, facilitada por el idioma pero sobre todo por su especial interés en echar raíces definitivas en su país de acogida.

Lo que sí se mantiene es peso mayor de las mujeres frente a los hombres a la hora de recibir apoyo de Cáritas, dándose la circunstancia también de que la franja de edad que más requiere los servicios de esta oenegé corresponde a personas de entre 36 y 65 años, lo que también evidencia que disponer de un puesto de trabajo no garantiza una situación sociolaboral suficiente para evitar el riesgo de pobreza y exclusión.

El futuro de 21 familias ucranianas, un reto  

Entre las personas usuarias de Cáritas se encuentran las 21 familias ucranianas, con 17 menores, que viven en estos momentos en el albergue del Monte do Gozo. Son mayoritariamente familias formadas por mujeres con hijos, ya que los varones están alistados en el ejército. Y Cáritas sufraga todos sus gastos pese a que, transcurridos dos años, ha finalizado su período de acogida.

«Formalizamos un convenio de colaboración para ayudar económicamente al mantenimiento en el albergue y nuestro compromiso trasciende lo que es la ayuda económica para mantenimiento del albergue», explicó Pilar Farjas. Por esto mismo, la entidad diocesana está trabajando para, analizando caso por caso, ofrecer alternativas que contribuyan a su inserción plena.

Ante esta realidad, Farjas señaló que «el reto de los próximos meses está en integrar socialmente esas familias dentro de Santiago, que encuentren un puesto de trabajo, que encontremos pisos que puedan pagar y en los que ya puedan normalizar su vida en como el resto de los ciudadanos».

«Una habitación de un albergue no es la vivienda adecuada», matizó la directora de Cáritas, que reclama «la implicación de todas las administraciones, incluida la municipal». «Lo importante es la inserción laboral y conseguir viviendas», incidió Farjas, lo que posibilita que algunas familias puedan instalarse en núcleos distintos a Santiago.