Gobierno, Xunta y Raxoi se ratifican con la depuradora de Santiago, que funcionará en el 2026

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Acuaes confirma la asunción del 80 % del coste, lo que ahorrará 11 millones al Concello

20 jun 2024 . Actualizado a las 17:54 h.

El Gobierno central, la Xunta y el Concello han puesto de nuevo por escrito sus compromisos para la construcción de la futura estación depuradora de aguas residuales (EDAR), en obras desde febrero en A Silvouta, en la misma parcela en la que se ubica la actual planta de tratamiento, que ha quedado obsoleta ya hace tiempo. Lo hicieron ayer con la firma en el pazo de Raxoi de una addenda al convenio suscrito en el 2021.

Aquel convenio ya fijaba las responsabilidades de cada una para afrontar la proyección y ejecución de dicho equipamiento, pero la investidura de Pedro Sánchez trajo consigo un nuevo reparto en su financiación. No por parte de la Xunta, que mantiene los 10,8 millones que ya había comprometido con los ejecutivos de Martiño Noriega y Sánchez Bugallo, aunque sí por parte del Gobierno central, que ha incrementado del 65 al 80 % su aportación con cargo a los fondos europeos Next Generation, sobre un presupuesto de casi 60 millones. La planta ha de estar concluida en el 2026 y esa cuantía no solo incluye su construcción, sino también los costes previos de redacción del proyecto y expropiaciones y la línea de alta tensión que salió recientemente a licitación por 2,1 millones.

El compromiso negociado entre socialistas y nacionalistas que garantizó, entre otros acuerdos de ámbito local y gallego, el voto de Néstor Rego en la investidura de Pedro Sánchez, ha reducido de forma considerable la aportación municipal al proyecto. Le ahorra 11,4 millones, lo que deja la financiación municipal en 1,1 millones (sin el IVA), según refería ayer la alcaldesa, si bien 300.000 euros ya fueron aportados por el Concello para la redacción del proyecto. Esa será la cuantía municipal con los números actuales. Los definitivos se harán al final, con la obra hecha y las demás partidas justificadas, aunque el Concello tendrá que asumir el gasto de explotación de la depuradora durante la obra.

La addenda suscrita ayer por la presidenta de la sociedad estatal Acuaes, Rosa Cobo; la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez; y la alcaldesa, Goretti Sanmartín, en presencia del delegado del Gobierno, Pedro Blanco, y de los portavoces municipales, recoge la nueva financiación y la actualización de costes una vez resuelta la segunda licitación de la planta, tras la rescisión del anterior contrato al haberse incrementado los costes inicialmente previstos por encima de lo que fija la ley para mantener la adjudicación.

El delegado del Gobierno resaltó el compromiso estatal para incrementar su aportación a un equipamiento imprescindible «para cumprir coa normativa europea, pero tamén con Santiago», mientras que Rosa Cobo reconoció que, sin financiación europea «iba a ser muy difícil lanzar la obra» y que el nuevo acuerdo supondrá un buen alivio para los bolsillos de los compostelanos. Un alivio cuya paternidad reclamó también Ánxeles Vázquez para la Xunta, con sus 10,8 millones. La conselleira espera que acabe siendo una EDAR referente para Galicia. Y Sanmartín calificó este como un proyecto «imprescindible para devolver á vida o río Sar, tan importante na nosa identidade cultural e tan necesitado dun tratamento adecuado». Todos destacaron la importancia de la colaboración interadministrativa. «Só deste xeito se pode facer unha obra tan importante para Santiago», dijo la alcaldesa.

Una obra compleja en el recinto de la actual depuradora y con plazos ajustados por los Next Generation

La nueva depuradora no solo incrementará en un 35 % la carga actual de agua para tratar —será la equivalente a una población de 277.000 personas—, sino que también minimizará olores y ruidos con un diseño que entierra buena parte de la planta y la cubre en el exterior. Eso además de incorporar tecnología innovadora de tratamiento con membranas, que consiguen un «alto nivel de calidad en el vertido, un requisito de Augas de Galicia, ya que el río Sar tiene un caudal muy bajo buena parte el año, según expuso Julio Salgado, el ingeniero de Acuaes que dirige las obras y quien explicó, tanto en Raxoi como a pie de obra, los detalles de la intervención a las autoridades. La obra no está exenta de complejidad al realizarse en el mismo recinto que la actual depuradora, que ha de mantener el servicio. Aunque se le suma un terreno aledaño, ello obliga a su ejecución por fases. Y los plazos tampoco son una cuestión menor. Con 27,5 meses de obra y la obligación de que esté concluida antes de agosto del 2026 por exigencias de los Next Generation, los plazos son ajustados, pero se llegará, defienden las Administraciones. Aunque ya tuvo algún retraso por las lluvias de abril y mayo, se está recuperando el calendario y, según Salgado, se aprovechó para desarrollar la optimización de partes de la nueva planta.