Estela de Castro, fotógrafa: «Con la fotografía puedo contar y, además, luchar, mostrar realidades»
SANTIAGO
Asegura que en el retrato, además de técnica, hay una parte emocional
17 ago 2024 . Actualizado a las 18:32 h.Estela de Castro (Madrid, 1978) decidió con 12 años que quería ser fotógrafa. Su relación con la cámara comienza en la infancia cuando su padre la inmortalizaba a ella y a su familia. Y de ahí viene también su apuesta por el retrato, «porque en todas las fotos de mi casa había personas». Una especialidad que la ha llevado a ser llamada en el 2019 por la Casa Real para realizar sus retratos oficiales. Pero, además, su trabajo se caracteriza por su activismo con la lucha por los derechos humanos y de los animales. Una forma de entender la fotografía que transmitió en la última edición del Encontro de Artistas Novos en el Gaiás.
—¿Cómo entiende la fotografía?
—Yo utilizo la fotografía como una herramienta para luchar por las cosas en las que creo, para hablar de aquello que a mí me resuena por dentro, que me hace daño, o simplemente para abordar la belleza que hay en el mundo. Mi primer proyecto fue mi hermano, que tiene una enfermedad rara. Pero también hablo mucho de los derechos de los animales, de los derechos humanos, así como de otras cosas que me interesan. He descubierto que la fotografía es una herramienta con la que puedo contar y, aparte, luchar, mostrar realidades, recaudar dinero para causas.... No me sirve solo para hacer fotografías bonitas, alimentar mi ego o como un oficio y ya está. Para mí la fotografía va mucho más allá.
—A lo largo de su trayectoria, la mayoría de sus imágenes son retratos. ¿Por qué?
—Porque mi padre nos hacía retratos constantemente. Cuando yo cojo la cámara cuando tengo 12 años no sé que existe la fotografía de arquitectura o conceptual, ni siquiera de paisaje, porque en todas las fotos que hay en mi casa, hay personas. Así que dije: «La fotografía es retratar a las personas que forman parte de tu vida». Así que desde el principio es lo que hago de manera natural, era mi forma natural de acercarme a la fotografía porque era lo que había vivido desde pequeña. Por eso hago retratos siempre.
—¿Hay secretos para lograr un buen retrato?
—Sí, hay un método de trabajo detrás. Para mí tienes que seguir unos pasos. Es mucha técnica, dar mucha importancia a la luz, a la composición, así como al lenguaje corporal de la persona que vamos a retratar. Yo coloco a las personas que retrato. Además, es muy importante mi lenguaje corporal, como yo les transmito confianza. Por lo tanto, hay una parte técnica muy importante, pero también hay otra emocional, porque tú puedes ser muy bueno técnicamente, pero luego fallar en las relaciones sociales.
—Muchos de sus trabajos tienen un claro contenido social: está la defensa de los derechos humanos con retratos a migrantes, la defensa de los animales, fotografiando a algunos maltratados. ¿Es fundamental para usted ese activismo con la fotografía?
—Yo soy activista. Decidí que iba a ser fotógrafa con doce años, a punto de cumplir trece, y empecé a hacer a hacer activismo con trece. Años después me di cuenta de que podía hacer activismo a través de la fotografía y que era una herramienta mucho más poderosa que simplemente reivindicar o ir a una manifestación. Tú puedes ir a una protesta, gritas, y muy bien; pero, si yo hago un trabajo a través de la fotografía que llego a muchas más personas, puedo contar una realidad, puedo abrir los ojos a gente que no se había planteado ese problema. He descubierto que la fotografía puede cambiar muchas cosas. Yo quería cambiar el mundo (ríe), pero no puedo, eso ya lo he dejado por perdido; pero es verdad que puedo cambiar el mundo de individuos en concreto, de personas, animales...
—¿Qué supuso la llamada de la familia real para hacer las fotografías oficiales? Se trata de una propuesta que está muy alejada de sus otros proyectos...
—Está lejos de mis proyectos personales, pero, en realidad, está cerca de encargos que recibo, puesto que llevo toda la vida retratando. Para mí reconoce un poco —o bastante— esa trayectoria como retratista. Para mí es súper importante, porque, por un lado, soy activista; por otro, soy retratista; por otro, soy docente; o sea, soy una mezcla de cosas, no solo soy activista. Y la verdad es que me trataron muy bien. Se respetó desde el principio mi trabajo, mi mirada, donde me dieron libertad para hacer todo. ¡Hasta el rey me preguntó qué corbata se ponía entre dos! Y yo elegí la corbata, ¡hasta ese nivel de confianza! Entonces confiaron mucho en mí, y es mucha responsabilidad.
«En España todavía existe mucha incultura fotográfica»
Estela de Castro está con un proyecto de retratos a fotógrafas españolas y con otro centrado en familias formadas por personas y animales.
—En una sociedad en la que todos hacemos miles de fotos. ¿Ha cambiado mucho el papel del fotógrafo? ¿Es más importante?
—Creo que está tan democratizada la fotografía que, al final, se ha perdido mucho el valor del fotógrafo o su mirada, porque se puede decir que medio planeta tiene por lo menos un móvil con una cámara. Entonces, eso ha hecho que la figura del fotógrafo se haya desvirtuado un poco. Todo el mundo puede hacer fotos con un móvil o una cámara, pero la mirada de los fotógrafos y las fotógrafas no la tiene todo el mundo. Es verdad que nosotros miramos de manera diferente o que vemos cosas que los demás no ven. Los demás pueden retratar lo obvio, nosotros podemos ir mucho más allá y a través de la fotografía contar cosas y provocar que la gente sienta emociones. La fotografía es un lenguaje y, para poder contar cosas, tú tienes que saber escribir con la fotografía.
—¿Tiene suficiente reconocimiento la fotografía?
—Pienso que se está avanzando y se está metiendo en museos y se puede ver alguna exposición de fotografía en el Thyssen o en el Prado, algo impensable. Creo que todavía sigue siendo un poco la hermana pequeña de la pintura, pero cada vez hay más espacios que se dedican a la fotografía y más reconocimiento, pero igual todavía nos queda un pelín por hacer. Es verdad que en España existe mucha incultura fotográfica y que en otros países, como en Estados Unidos, en Francia o en Italia, la gente sabe mucho más sobre ella. Aquí tú preguntas a cualquier persona que no esté en este ámbito y no conoce ni a un solo fotógrafo.