Sebastian Zinca: «Con la Filharmonía aprendo mucho de la parte humana de dirigir»
SANTIAGO
El estadounidense llevará la batuta de la orquesta en los conciertos por los barrios
16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Llegó a Galicia por primera vez en diciembre pasado tras ser seleccionado como uno de los ocho finalistas entre los 111 candidatos de todo el mundo que se presentaron para ser director asistente de la Real Filharmonía de Galicia. Y desde que aterrizó en Santiago el estadounidense Sebastian Zinca lo tuvo claro. «Me recuerdo pensando: ‘Tengo que ganar esta plaza porque me encanta este sitio’», rememora. Y su deseo se cumplió. Tras casi diez meses trabajando con la orquesta, su valoración no puede ser más positiva. «La experiencia está siendo maravillosa. Cuando gané la plaza todos me tomaron ya como familia y me sentí rápidamente como parte de la comunidad», afirma apuntando que no se cansa de repetir que Galicia le encanta.
Sebastian Zinca suma ocho programas con la batuta de la Filharmonía, «que es un montón para un director asistente». Esta semana dirigirá a la orquesta en los conciertos por los barrios de la ciudad previos a la temporada de abono en el Auditorio. Una iniciativa que aplaude. «Sacar a la orquesta de su espacio me parece muy bien. La gente lo aprecia mucho. Es lo que sentí en el concierto en julio en la iglesia de Santo Agostiño», detalla. En ese sentido, apunta que cuando está dirigiendo siempre está pensando en el público: «Es casi como si estoy escuchando el concierto yo mismo mientras lo estoy dirigiendo».
Estos conciertos comenzarán el miércoles en la Casa das Máquinas en Galeras. El jueves será en el centro sociocultural de Santa Marta y el viernes 20, en la iglesia de Santa María da Mercé en Conxo. «A mí me encanta compartir la música orquestal con públicos que no están acostumbrados a escucharla. Creo mucho en la universalidad de la música y es muy importante mostrarla de manera accesible», detalla. Añade que se trata de un repertorio que incluye fragmentos de obras que formarán parte de la programación de abono. «Es para dar un poco de avance lo que será la temporada que viene. Además, vamos a presentarlas y a hablar de ellas para que la gente se sienta cómoda aunque no haya estado antes en conciertos de la orquesta», incide.
Pero más allá de llevar la batuta en los conciertos, ¿qué es lo que le ha aportado estos casi diez meses con la Filharmonía a Sebastian Zinca? «La dirección de orquesta es algo que uno no puede aprender sin hacerlo. Entonces, he aprendido un montón de cosas, como saber qué es lo que funciona y qué no como director. Tú tienes tus ideas respecto a lo que quieres aportar a la orquesta y vas viendo cuáles enganchan mejor, cómo manejar los ensayos... Es algo muy sutil. Las partes musicales de las obras las puede estudiar uno solo, pero después está esa parte humana de dirigir y ahí aprendí mucho con la Filharmonía», responde. Uno de los conciertos del que tiene un recuerdo especial con la orquesta tiene que ver con esas sensaciones sutiles. Fue uno del ciclo «(En)Foco», que incluye explicaciones al público que tuvo que ofrecer él al no poder asistir la musicóloga: «Ahí me sentí más conectado con el público». Pero, además, se incluía una obra de Florence Price que tanto él como la orquesta encaraban por primera vez. «Es una obra con mucho carácter. Al principio, pensábamos: ‘¿Qué es esto?’ Pero me terminé enamorando de ella y creí que tenía que transmitirlo a la orquesta. Al final sentí que lo hice y creo que a la mayoría nos terminó de gustar la obra», apunta.
Para el futuro, a Sebastian Zinca le gustaría trabajar en España. «Me siento en casa, quizás porque vengo de un hogar donde se hablaba español y crecí en Miami, que es una ciudad muy latina», apunta. Ahora, su objetivo es dar continuidad a ese sueño de ser director que comenzó cuando tenía 18 años.