Hizo valer ante el Marino su trabajo defensivo y los goles de Manu Rivas y Gonzalo Landeira
29 sep 2024 . Actualizado a las 21:06 h.Un gol de Manu Rivas en el primer tiempo y otro de Gonzalo Landeira muy al final le dieron al Compostela su primera victoria, en la quinta jornada.
El duelo ofreció un primer tramo de mucha lucha en la zona medular por hacerse con las riendas del juego. Quien más lo consiguió con el paso de los minutos fue el Marino, que se apropió del balón y obligó al Compostela a replegarse para minimizar riesgos. El buen trabajo defensivo de los santiagueses hizo que el dominio local no se tradujera en ocasiones de gol, hasta el punto que Rabanillo no tuvo que intervenir ni una sola vez en todo el primer tiempo para detener ningún balón dirigido entre palos.
Cumplida la media hora de juego el Compostela asestó el golpe que empezó a ponerle el partido de cara. En una de tantas salidas desde atrás de los asturianos con el balón jugado, un pase poco preciso originó el robo del que nació una jugada que llegó a pies de Manu Rivas, que con un milimétrico tiro cruzado hizo inútil la estirada de Dennis. El gol compostelano hizo daño en la moral de los de Manel Menéndez, pero el marcador ya no se movió más en la primera mitad.
El paso por los vestuarios pareció cambiar algo la tónica del encuentro. El Marino salió con aires renovados y trató de hacer daño percutiendo por las bandas. Rabanillo empezó a tener algo más de trabajo en balones aéreos, pero el buen resguardo de su zaga siguió evitándole tener que hacer frente a ocasiones de gran peligro.
Cerca del cuarto de hora de la reanudación a punto estuvo de repetirse el guion del primer tiempo, ya que pese al mayor dominio asturiano fue gallega la primera gran ocasión de la segunda mitad. Otra rápida transición de los de Antón Permuy terminó con un remate de Santi de Prado que llevaba marchamo de gol hasta que Pedro Orfila se cruzó en la trayectoria del balón. No pudo aumentar la renta, pero volvió a demostrar el Compostela que, pese a defenderse más que atacar, seguía dispuesto a correr el campo y pisar el área contraria a la mínima ocasión que se le presentara.
El susto para el Compos llegó mediado el segundo tiempo, cuando un disparo de Borja Álvarez se coló por la escuadra del marco de Rabanillo. Por fortuna, y también con justicia, el juez de línea había levantado antes la banderola indicando el fuera de juego que hizo que el gol no subiera al marcador.
Un centro lateral que se envenenó hasta obligar a Rabanillo a intervenir en dos tiempos para atajar el balón fue el siguiente envite de los de Luanco. Una ocasión mucho más peligrosa fue la que tuvo Lora a diez minutos del final, cuando su disparo se fue ligeramente por encima del travesaño de la portería gallega.
La sentencia
Fue la última vez que el Marino estuvo cerca del empate, ya que con los locales volcados en ataque pero sin clarividencia ante la efectiva telaraña defensiva gallega llegó, ya en el minuto 89, el contragolpe que sentenció la victoria compostelana. Gonzalo Landeira, que había entrado en el minuto 73 en el tercero de los cinco cambios que agotó Permuy, culminó otra acción vertical con una precisa definición que supuso el 0-2.
El segundo tanto se celebró con más alegría incluso que el primero en las filas compostelanas. Doblando la renta se evitó cualquier apuro en el tiempo de añadido ante un Marino resignado ya a asumir la derrota.