Los concejales díscolos del PSOE de Santiago darán la batalla frente a la expulsión

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Mercedes Rosón, Gonzalo Muíños, Mila Castro y Marta Álvarez en el despaco del grupo socialista en Raxoi
Mercedes Rosón, Gonzalo Muíños, Mila Castro y Marta Álvarez en el despaco del grupo socialista en Raxoi XOAN A. SOLER

La dirección provincial: «Queremos representación pero non a calquera prezo»

23 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los cuatro concejales díscolos del PSOE están dispuestos a defender su relación con las siglas en las que militan con todos los recursos que tengan a su alcance dentro de las posibilidades que ofrece la dinámica orgánica de la formación. La vía judicial no está ahora mismo en su agenda, pero tampoco la descartan. La tendrán en cuenta, llegado el caso, ante la «inxustiza» que entienden que el aparato del partido está cometiendo con ellos y que derivó en la expulsión provisional del que ha sido el portavoz municipal desde el inicio del mandato, Gonzalo Muíños.

Esa expulsión podría derivar en definitiva próximamente, ante su negativa a dejar el cargo y procurar su relevo por Sindo Guinarte, a quien el partido ha confiado el liderazgo en Raxoi. Frente a la versión de la ejecutiva local, Muíños defiende que, pese a la sanción (que también implica suspensión por 18 meses para cargo público), todavía forma parte del grupo municipal hasta que se resuelva el recurso que formulará contra la resolución del expediente disciplinario. Todavía está en plazo, hasta el día 31, para presentarlo.

El respaldo de las concejalas Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez están manteniendo a Muíños al frente de la representación socialista en Raxoi. Suman tres, frente a los dos ediles que han decidido reconducir su malestar inicial por la ordenanza de las VUT y alinearse con la dirección local (Sindo Guinarte y Marta Abal). Su bloqueo al relevo en el liderazgo —no acudieron a la reunión convocada por Guinarte para decidir la nueva portavocía— las ha expuesto a la expulsión del partido, ya sea provisional o inmediata. Ferraz valora esa posibilidad, aunque para ellas no hay indisciplina ante una convocatoria que consideran «nula de pleno derecho». Sostienen que es a Muíños a quien corresponde convocar las reuniones del grupo en calidad de portavoz, porque la resolución de su expediente disciplinario no es firme. Así se lo hicieron saber a Guinarte para declinar su asistencia a dicha reunión, además de cuestionar que no se haya convocado a Muíños.

Sin notificación

En cualquier caso, nada se moverá en el grupo municipal ni en su liderazgo hasta que el secretario del Concello se pronuncie sobre si Muíños forma parte de él, una vez decidida su expulsión provisional. Ese informe aún no está.

Los cuatro concejales que mantienen el pulso con el aparato del partido carecían ayer de cualquier notificación sobre el nuevo paso dado por la dirección provincial para que Ferraz tome medidas ante el frustrado intento de relevo en la portavocía del grupo. Y se mantienen, como ya denunciaron el lunes, en que esta crisis obedece a una «inxustiza» y una maniobra de «quítate tú que me pongo yo».

«Asumimos lo que nos venga», afirma Marta Álvarez, mientras que Mila Castro ahonda en la idea de «inxustiza» con el grupo municipal por parte del aparato local y provincial y se muestra dispuesta, como ella, a recurrir «ata o final, a todas as vías que estean neste momento dispoñibles». Porque se resiste, dice, a «non facerlle fronte» al «ataque desmedido» a cuatro ediles «lexitimados» en las urnas y que «estamos a traballar».

Si el nuevo proceso disciplinario sugerido por la dirección provincial concluye en la expulsión de los cuatro concejales, todo apunta a que acabarán en el grupo de no adscritos. Antes o después. El momento solo dependerá de adónde lleguen y lo qué determinen sus recursos. Eso dejaría al PSOE con solo dos ediles el resto del mandato, aunque no es una cuestión que, en este punto de la crisis desatada en el partido, preocupe en exceso en la dirección provincial.

«Represéntanse a eles mesmos»

«Somos un partido serio que loxicamente queremos ter representación nas institucións, pero non a calquera prezo. Non se trata de ter concelleiros por telos», dicen fuentes de la dirección, que sostienen que esos concejales, «tal e como están actuando, non son do Partido Socialista, son concelleiros que se representan a eles mesmos e que din representar a quen os votou, pero quen os votou os votou baixo unhas siglas». Esas mismas fuentes niegan las injusticias a que apelan los díscolos —«a dirección do partido acaba de dicir que están probados os incumprimentos»— y se manifiestan «tranquilas» ante la posible atomización del grupo. «Se nos quedamos con dous concelleiros nos quedaremos con dous, cunha organización detrás que ten varios centos de militantes en Santiago e coa satisfacción de facer o que é correcto pensando no ben e no interese dos veciños, porque 4 persoas non poden tomar decisións por unha organización política tan vencellada á cidade que foi clave para o seu desenvolvemento e o seu progreso», dicen.