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El deterioro urbano afea la resurrección residencial de Lamas de Abade

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Constructoras vuelven a fijarse en la zona y retoman promociones paradas

25 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El desarrollo urbanístico del nuevo Lamas de Abade estaba en plena expansión cuando estalló la burbuja inmobiliaria del 2008. Al año siguiente, varias promociones de viviendas quedaron paralizadas cuando apenas salía del suelo una planta de su incipiente esqueleto de hormigón. La crisis se llevó por delante promotoras, que terminaron vendiendo propiedades. Ahora, más de 15 años después, uno de aquellos bloques de viviendas comienza a tomar forma, y en otra zona del mismo barrio se avanza en la construcción de 18 viviendas unifamiliares. Mientras se percibe una clara recuperación de la actividad constructora, otros dos solares siguen vallados y acumulando quejas de los vecinos que alegan problemas de seguridad, y que incluso llamaron la atención por la presencia de personas sin techo que utilizaron las ruinas para dormir. En uno de esos solares, un cartel anuncia que la obra estaría finalizada en 20 meses a contar desde septiembre del 2009. Nada se sabe de su reinicio.

Grave deterioro

A lo largo de estos años, las familias que fueron a vivir al nuevo Lamas de Abade han asistido a un rápido y grave deterioro de las zonas comunes del barrio. Las aceras de la rúa Alfredo Vicenti son posiblemente las que mejor representan el lamentable estado de la urbanización, y la calzada de la plazuela situada en esa misma calle evidencia el despropósito en la elección de los materiales para unas vías que, cuando toda la urbanización Lamas de Abade esté terminada, tendrán que soportar un elevado tráfico diario. Cuando se adoptan medidas para reparar calles, se opta por rebachear con chapapote, como se hizo en la rúa empedrada que conduce a la zona escolar.

Pero si las calles presentan un aspecto lamentable, el de las islas subterráneas de recogida de basura tampoco es mínimamente aceptable. Algunos de esos contenedores que se averiaron no han sido reparados, sino que se optó por colocar en su lugar otros en superficie junto a las bocas que ahora están inutilizadas. La limpieza de estos elementos tampoco alcanza el aprobado.

También resulta significativa la escasez de servicios. En el nuevo Lamas de Abade solo un puñado de edificios tienen bajos comerciales. Pero parece que no resultan atractivos para los emprendedores. Solo hay un local ocupado, el bar Tacón, que abrió en octubre del 2013. Su propietaria puntualiza que adquirió el bajo como indemnización por los terrenos expropiados. Un vecino lamenta que «no hay nada, pero los bajos no son baratos, y hay que hacer todo, porque están en obra». Ana Tacón, del café, confía en que «cuando estén todos los edificios, quizás se anime alguien a abrir alguna cosa».

En el nuevo Lamas de Abade, los edificios que salieron adelante están clasificados con diversos niveles de protección, desde promoción pública hasta adosados de precio tasado. Ahora se está construyendo un edificio de promoción pública, que será adjudicado en régimen de alquiler mediante el listado de demandantes de vivienda. Y están en marcha varias promociones de precio tasado que se entregarán en los próximos meses.