El pastoreo vuelve a una aldea de Rois por el miedo a los ataques del lobo a sus ovejas

Uxía López Rodríguez
uxía lópez ROIS / LA VOZ

ROIS

UXÍA LÓPEZ

Una vecina O Piñeiro acompaña muchos días a sus animales a pacer al aire libre

22 ago 2024 . Actualizado a las 07:21 h.

Los recientes ataques del lobo a la cabaña ovina y caprina de los vecinos de la aldea de O Piñeiro, en el municipio de Rois, que dejaron cuatro ovejas y una cabra muertas, ha llevado a una de las residentes de esta aldea de la parroquia de Buxán a volver al pastoreo. Julia Rivas Rial, de 68 años, saca «todos os días que podo» a sus cuatro ovejas y cinco corderos a pacer a una finca situada en una zona próxima a la que se registraron los ataques del lobo.

Los de las últimas semanas no afectaron a su rebaño, pero sí uno ocurrido en mayo del 2021, cuando perdió siete animales. Le quedaron con vida una oveja y tres corderos, pero con heridas en dos casos. En marzo del año siguiente le faltó otra oveja. «A onde me matou os animais a outra vez non as levo de momento porque teño medo», confiesa la mujer.

Por temor a que el lobo siga en la zona, los vecinos de O Piñeiro dejan a sus animales en las cuadras o los echan a pacer a otras zonas más alejadas de la aldea, hacia el monte. Pero Julia Rivas se niega a que sus ovejas se queden en la cuadra y va con ellas a la finca en las que las deja pacer. Normalmente lo hace de ocho a once de la mañana. «Abúrrome e canso de estar na leira», reconoce, antes de explicar que también aprovecha para segar con la hoz algo de hierba para que la coman ya en la parcela.

«Tes medo de que o lobo ande por aquí. Non confío en que non sexa así porque parece que lle colleu gusto a esta zona», asegura la vecina de O Piñeiro, quien considera que «voltamos aos tempos de antes, cando levábamos as vacas da corda a comer ás leiras».

No obstante, subraya que aquellos tiempos eran más entretenidos porque «había máis xente coma ti, coas vacas á corda e aínda tiñas con quen falar, pero agora non ves a ninguén» cuenta Julia Rivas.

Casi veinte piezas atacadas en el mismo núcleo desde el año 2019

La vecina de la aldea de O Piñeiro tiene previsto seguir pastoreando con sus ovejas. «Non quero que perdan o costume. O único bo que ten é que dou un paseo», confiesa entre risas. Quizás, pasado un tiempo, las deje pacer solas en la finca. «Na corte non poden estar todo o tempo porque non se lle dá apañado herba para comer», asegura.

«Se non sacamos as ovellas á comer fóra, todo vai a monte», afirma. Por el momento, seguirá acompañando a sus animales a pacer a la finca, aunque cree que, quizás, el lobo no ande ya tan cerca porque se están celebrando batidas de jabalíes. «Eu teño a sensación de que os lobos criaron nesta zona e por iso hai tantos ataques», opina Julia Rivas. De hecho, entre julio y agosto pasado mató cuatro ovejas de dos vecinas y la cabra de un tercero. A la madre de este último, el lobo le atacó en el 2019 siete ejemplares, entre cabras y ovejas. Y en el 2021 fue la cabaña de la propia Julia Rivas la que se vio mermada, y de qué manera, por lo que ahora toca pastorear.