El colectivo A Rula participó en el hallazgo y resalta la rareza del vestigio por su ubicación y por el tipo de piedra utilizada
04 ene 2018 . Actualizado a las 05:05 h.La riqueza prehistórica del eje que forman Santiago, Ames y Teo no es única en su entorno. Así lo ha demostrado el colectivo cultural A Rula en su colaboración con el Concello de Touro para realizar un trabajo que les ha permitido descubrir el primer petroglifo del municipio, entre las parroquias de Circes y Calvos de Socamiño
El hallazgo no es ninguna sorpresa para los vecinos de la zona. De hecho, el lugar en el que fue localizado se conoce como Monte da Pena Furada. Está en un punto muy próximo a la ruta bautizada por el Concello Unindo Camiños polo Ulla, un itinerario pendiente de homologación que enlaza las rutas de la Fervenza das Hortas-Santa Marta con la desembocadura del río Lañas.
Pese a este conocimiento previo, el petroglifo no figura en ninguna publicación, por lo que no está incluido como bien a proteger en el Plan Xeral del Concello de Touro.
Los grabados se distribuyen por casi toda la superficie de una roca de losa de cerca de dos metros de largo por uno de ancho y situada casi a nivel del suelo. Tiene como motivos principales más de cuarenta cuevas pequeñas y cazoletas con formas redondeadas y ovaladas distribuidas por toda su superficie.
La piedra está rota, probablemente porque parte de ella fue extraída por canteros. El colectivo A Rula data el hallazgo entre finales del Neolítico y la recta final de la Edad de Bronce. Resalta A Rula que este petroglifo tiene especial importancia porque son escasas las manifestaciones rupestres sobre losas, con la rareza añadida de la escasa presencia de estos vestigios en las comarcas de Arzúa y de Melide.