«Cerramos por la tarde, el personal del bar también tiene familia»: la reflexión ya viral de un conocido hostelero de Santiago
VIVIR SANTIAGO
En este local de Mazarelos no sirven café ni refrescos y no hay posibilidad de hacer sobremesa, pero desde que abrió hace tres años, está lleno. «Estamos contentos y disfrutamos de nuestro trabajo», confirma el dueño
21 dic 2022 . Actualizado a las 23:07 h.Regenta desde el 2020 el bar Viño, un local con mucha historia en Santiago: fue en él donde Carlos Maside pintó en 1932 el retrato de Lorca. Es, además, un hostelero, o «tabernero» -como le gusta que le llamen-, conocido en la ciudad, fundador, entre otros, de A Viña de Xabi, uno de los establecimientos más populares durante años en el Ensanche compostelano. Aún así, ha sido una reflexión que Xabi Rúa introdujo en la carta de su último bar, ubicado en la plaza de Mazarelos, la que ha logrado que su fama no deje de crecer, también en las redes.
«A un cliente le hizo gracia, la colgó en Twitter y se hizo viral», comenta divertido este vigués, afincado en la ciudad desde 1997, mientras enseña la carta del bar Viño, donde, junto al menú, quiso añadir varias reflexiones: «somos bar, no esperes el confort de un restaurante»; «si buscas sofisticación o fuegos artificiales te has equivocado de local»; o «cerramos por la tarde y por la noche, el personal del bar también tiene familia».
«Fue una idea un poco de broma, pero también en serio, para que la gente pensase. La hostelería es una profesión muy bonita, pero tiene el problema de los horarios. Yo, cuando empecé, hacía 14 horas diarias, y no tiene sentido. Con la pandemia creo que eso cambió», analiza Xabi Rúa, quien arrancó su último bar en marzo del 2020, una semana antes de que empezase el confinamiento, un revés que no impidió que desde la reapertura no dejase de crecer.
«Llevaba tres décadas en la hostelería y sabía lo que no quería. Cogí este bar porque me gustaba el formato, pequeño, con solo cinco mesas, y la ubicación. Desde el principio quise aclarar que nuestro horario iba a ser de 12.30 a 15.30 horas y de 19.30 a 23.00, con media hora más el sábado por la noche», explica convencido. «Tuve que montar algo que nos permitiese vivir así, y aposté porque en el bar no hubiese ni café, ni copas, ni refrescos. Solo vino, cerveza, agua y, comida. Eso sí, sabía que lo que hagamos, tenemos que hacerlo bien», subraya, mientras lee en su carta platos muy demandados, como tortilla abierta de zamburiñas o lacón en lascas a la gallega.
«Al principio, cuando lo comentaba, la gente me decía: "¿pero no tienes miedo a que no funcione?". Ahora me enorgullece haber conseguido que vengan aquí, a pesar de no tener café; ver cómo colaboran. Todos saben los horarios a los que cerramos y da gusto ver la respuesta del 99 %. Se marcha sin problema», subraya agradecido, e incidiendo en esta idea. «Antes en la hostelería todos queríamos hacer de todo. Creo que ahora el sector se está especializando más. Nuestros clientes aceptan que no tendrán sobremesa y que, para tomar café, deberán ir a otro bar, y lo hacen sin problema», remarca, compartiendo también la acogida que entre la clientela tuvieron los avisos de su carta. «Se ríen un poco, pero se quedan con ello, lo piensan y me lo comentan», sostiene con satisfacción.
«Somos tres camareros y logramos vivir de esto. Estamos contentos aquí y disfrutamos de nuestro trabajo. Me encanta el trato con la gente», encadena con entusiasmo, aclarando que durante su jornada también saca tiempo para gestionar A trastenda de Xabi, una tienda con vinos diferentes, no tan comerciales, en la rúa Preguntoiro.
«Soy muy inquieto. La cabeza non para», explica divertido, mientras avanza un proyecto para el 2023. «Una de las clientes que nunca falla es Marilar Aleixandre, Premio Nacional de Narrativa de este año. Será ella, junto a un sobrino de Maside, los que en febrero o marzo protagonizarán un acto sobre el retrato que el pintor le hizo a Lorca», concluye con ilusión.