El clásico compostelano que recompensa hoy a sus fieles armando La Marimorena

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Cedida

Las lluvias obligaron a postergar hasta este martes la fiesta navideña de A Gamela, el emblemático restaurante «de las setas». Habrá pinchos, dj, y premio para el «mejor jersey navideño»

27 dic 2022 . Actualizado a las 10:34 h.

Iba a celebrarse, como ya es tradición, coincidiendo con la Lotería de Navidad, el pasado jueves 22 de diciembre, pero las intensas lluvias de esa jornada -cayeron casi 30 litros de lluvia en Compostela- llevaron a Silvia González, la hostelera que desde el 2018 cogió las riendas del emblemático restaurante A Gamela, ubicado en la estrechísima rúa da Oliveira -junto al callejón Sal si podes-, a postergar la cita hasta este martes día 27. «Aún así, y como para ese día ya había convocado por redes y por WhatsApp a los clientes y amigos más cercanos, se acercaron igual. Hubo como una premarimorena», aclara riendo esta leonesa que en menos de cinco años ha logrado reforzar el cariño de los santiagueses por este local -famoso durante más 30 años por sus setas-, una fidelidad recompensada el año pasado con un Solete de la Guía Repsol

«Finalmente será hoy cuando montemos #LaMarimorena», avanza la hostelera al recordar el origen de esta aún reciente, pero sostenida, celebración, solo interrumpida en el 2020 por la pandemia. «Tengo muchos amigos en la hostelería y un día, en una cena, pensamos entre todos que sería una buena idea organizar algo. El nombre nos hizo gracia y todos dijeron que yo era muy marimorena, muy festeira», asegura divertida la experimentada hostelera, que antes se había dado a conocer en A Quinta da Auga, en el bar A Moa y en el hotel NH Obradoiro.

«Quise que #LaMarimorena se convirtiese en un guiño, una celebración navideña para los clientes, siempre fieles. Les llamamos gameleros», admite Silvia con cariño, explicando que este martes, desde las 19.00 horas, y hasta las 01.00, habrá pinchos y música a cargo de DJ Vilouta. «Como todos los años se pide a la gente que venga con dress code navideño; habrá premio al mejor jersey», añade animada y recordando anécdotas de anteriores ediciones. «En una ocasión había tanta gente en el bar que casi me olvido de hacer un sorteo; me lo recordaron los clientes», evoca sonriendo, y advirtiendo sobre el reducido tamaño del local. «Hoy, al no llover, contamos con la terraza, pero, aún así, el espacio es el que es», apunta previsora. «Algo que no olvido son las sorpresas que nos dieron. En una Marimorena, una amiga que vive en Estados Unidos salió en plena celebración de debajo de una mesa. Quería darme una sorpresa», rememora risueña. «Estoy muy contenta de cómo funciona el bar. Nunca bajamos la guardia; intentamos pensar siempre en cosas nuevas, pero se agradece la respuesta», remarca, aludiendo ya en la carta. 

«A priori el bar ya era muy conocido y eso es indudable que te abre el camino. A la gente le gusta que sigamos con la tradición, con las setas, con los revueltos; eso no va a cambiar», sostiene con seguridad ante un legado, y una receta, que el anterior propietario, Manuel Fajín, no dudó en descubrirle al darle el relevo. «En la nueva etapa incorporamos embutidos de León y otras tapas. Reforzamos también la terraza. Creo que estamos aguantando la comparativa», enfatiza Silvia ilusionada, y sin dejar de pensar en la clientela: «Hoy los esperamos; siempre hay mucho que celebrar».