El llamamiento, irónico y viral, de unas profesoras de Filoloxía de la USC ante las goteras en la facultad

Andrés Vázquez Martínez
Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

XOAN A. SOLER

A pesar de estar en plenos exámenes, los alumnos de la Universidade de Santiago han respondido de forma masiva

21 ene 2023 . Actualizado a las 23:44 h.

Pleno temporal en toda Galicia. Como desde hace años, en la facultad de Filoloxía de la USC empiezan a escurrir las habituales goteras de un techo que hace aguas, pero este curso hay una importante novedad: profesoras del propio centro hacen un llamamiento al alumnado para que coloquen macetas con plantas donde caen las gotas para hacer de la facultad «un espazo máis sostíbel».

Todo salió a la luz después de que una alumna colgase en Twitter dos fotos en las que salen, por un lado, un cartel que avisa de que el suelo está húmedo con unas macetas al fondo y, por el otro, un letrero en el que se hace ese llamamiento a la sostenibilidad, con un tono claramente irónico sobre el estado de la cubierta de Filoloxía. 

En la facultad confirman las imágenes: el propio decano, Elías Torres, se lo toma con humor defendiendo que este año «algunha menos hai». Argumenta que, desde luego, «non hai ningunha pingueira que afecte ao funcionamento da facultade», una de las más activas en cuanto a proyectos desarrollados por sus investigadores. «Non deixamos de traballar tamén para remediar estes problemas, pois estamos en pleno proceso de acondicionamento do centro para superalos».

En cualquier caso, las plantas son tendencia, pues se ve que los alumnos hicieron caso a sus profesoras y colocaron más macetas. Las opiniones son diversas: van desde la resignación hasta el resquemor implícito. María Carballal, exalumna que cursaba Filoloxía Galega hasta el curso pasado, no lo ve mal, «que así, polo menos, aproveitamos esa auga que antes enchía caldeiros para logo tirala». En el otro costado está Xosé Maseda, estudiante de tercero, también de Filoloxía, que encuentra en esta iniciativa de las profesoras una cierta «romantización» de un problema que lleva años afectando a su facultad.

Cartel que colgaron las profesoras, pidiendo colaboración para colocar una maceta bajo cada gotera.
Cartel que colgaron las profesoras, pidiendo colaboración para colocar una maceta bajo cada gotera. Cedida por @patrisanroman

En los comentarios al tuit de la alumna que compartió las fotos en las redes sociales también hay debate. Acumula más de 6.000 «Me gusta», casi 600 retuits y va camino de las 300.000 visualizaciones a la hora de la redacción de este reportaje. Hay varias respuestas preocupadas por las propias plantas, preguntándose si el riego continuo les sentirá bien o si el agua que les cae del techo es lo suficientemente sana para ellas, al contener, seguramente, pintura. Más allá de ellos, la gente ve con buenos ojos la medida.

Ediciones de La Voz ya tapaban goteras en la facultad de Filoloxía en octubre del 2009, de cuando data esta foto.
Ediciones de La Voz ya tapaban goteras en la facultad de Filoloxía en octubre del 2009, de cuando data esta foto. SANDRA ALONSO

Un paseo por la facultad

Entre los alumnos ya hay bromas con ese tema de las goteras, pues en el primer cuatrimestre hubo obras de mantenimiento en las instalaciones «pero las goteras ahí siguen». Comentaba una alumna que, tras cinco años en la facultad, ella las recordaba desde siempre. Otra, exalumna en este caso, María Carballal, corrobora la versión de la primera, pues no recuerda la facultad sin cubos subiendo las escaleras de acceso al segundo piso en ninguno de sus años de estudio. Cree que tampoco se puede quejar mucho, «que o alumnado de Farmacia non ten nin facultade como tal».

El asunto de las goteras se les hace viejo a los estudiantes, pero por lo demás, la facultad no está tan mal. Xosé Maseda hace referencia solamente a otro problema de calado: «A pouca funcionalidade que ten a biblioteca, pois nunha parte moi grande dela hai pouca luz natural e iso casa dificilmente co aforro enerxético». Sobre esto, el decano Elías Torres asegura que los puestos máximos de estudio que tiene se cubren sin necesidad de ese espacio.