El piso de estudiantes que presume de hacer las mejores fiestas de Santiago: «Al principio del curso juntábamos a 20 personas, en las últimas llegamos a 70»
VIVIR SANTIAGO

Las cinco inquilinas explican su tirón por las «previas», las celebraciones de primera hora que recobran auge en Compostela. Aclaran que no tienen problemas con los vecinos ni con el casero: «Sabemos cuándo hacer una fiesta y cuándo no»
24 abr 2023 . Actualizado a las 09:07 h.Fue Salseo, la cuenta de Instagram que recoge desde hace años la actualidad del ocio de los universitarios de la USC, y que ya es seguida por más de 50.000 usuarios, la que lanzó hace pocos días la pregunta. «¿Es este el mejor piso de Santiago?», se interrogaba, acompañando la publicación de varias fotografías de las celebraciones por la que esta vivienda de Santiago ha ido sumando fama desde que comenzó el curso.
En el piso conviven cinco estudiantes de carreras diferentes -Administración y Dirección de Empresas, Filoloxía Inglesa, Medicina, Enfermería y Deseño de Moda-, pero de origen común. «Somos cuatro andaluzas y una originaria de Tenerife, pero de padre andaluz y madre gallega, en concreto, de Santiago. Por eso, en el perfil de Instagram que creamos nos llamamos Cuatro andaluzas y media», aclara Fátima, una de sus inquilinas, que aún llegó este año a Compostela desde su Sevilla natal. «Allí no estaba acostumbrada a que se celebrasen estas previas, como se conoce a las quedadas en pisos antes de ir a una discoteca. Al llegar ya vi que aquí eran habituales», añade sobre una tendencia que suma décadas en Compostela y que recobra auge. «El tiempo de la ciudad siempre influye», atestigua. «Creo que la subida de los precios en las discotecas también ha tenido que ver. En la primera fiesta, que solemos empezar sobre medianoche, fuimos a la discoteca. En la segunda ya nos quedamos aquí hasta las seis de la mañana. La gente estaba disfrutando», aporta Rocío, otra de las convivientes, originaria de Granada, defendiendo que hasta este momento no han tenido problemas ni con los vecinos ni con el casero. «Vivimos en un tercero. En el primero residen otros estudiantes y, en el segundo, una chica joven que solo nos pidió que si hacíamos una fiesta fuese cuando ella no estuviese. Nosotros respetamos. Queremos divertirnos, pero con cautela. Sabemos cuándo hacer una fiesta y cuándo no», recalca, explicando que el casero, mientras el piso esté cuidado -«lo está, además en cada celebración precintamos los cuartos»- también les deja hacer.
El protagonismo de la vivienda, de sobre 130 metros cuadrados, creció a medida que avanzaba el curso. «De las cinco personas que vivimos en él hay tres que ya llevan más años en Santiago, y conocen a más gente. Ellas fueron las que trajeron a sus amigos a las primeras fiestas, en las que éramos 20», evoca Fátima. «Los universitarios, al ver luz en el piso, empezaron a pedir poder sumarse a las fiestas. Vimos que llegaban estudiantes que no conocíamos y eso no es lo que queríamos. Por eso decidimos empezar a hacer fiestas temáticas. Si por ejemplo pedíamos a nuestros amigos venir de blanco, la gente que estaba en la calle ya no se sumaría, ni se colaría sin que nos diésemos cuenta», aclara Rocío sobre una estrategia acertada que, sin embargo, les hizo ganar aún más eco. «En las últimas fiestas, que no solo celebramos los jueves, nos juntamos hasta 70 personas. Creo que a nuestros conocidos le gustó la idea de que fuesen celebraciones temáticas. Además de esa de blanco, en otra pedimos que se viniese con máscaras venecianas. En una tercera la idea para la ropa tenía que ser futurista. Quisimos hacer también algo andaluz por el propio Día de Andalucía y porque en Medicina hay muchos andaluces, pero ya coincidía en exámenes», señalan con cautela, explicando cómo con un fondo común costean los gastos de la decoración y la posterior limpieza.
«El día que vimos que Salseo lanzaba la pregunta tuvimos sentimientos enfrentados. Por una parte nos alegramos al ver que nuestras fiestas gustaban, pero nos dio miedo por si se nos iba de las manos. Desde ese día aún tenemos sin aceptar en Instagram 600 solicitudes de usuarios que pedían seguirnos. Nosotros creamos esa cuenta Instagram (@4andaluzasymedia) para compartir fotos de las fiestas y para que nos quede a las cinco de recuerdo. Varias no estaremos juntas ya el próximo año», avanza Fátima.
Sobre la mala fama de las fiestas universitarias entre los vecinos, aclaran que lo entienden, pero que ellas saben cuándo hacerlas. «Nadie nos ha venido a protestar», insisten, explicando, además, que hasta fin de curso no harán otra celebración. «Cuando empiezan los exámenes, se acabó el chiringuito», reafirman. «Otra cosa será cuando todas acabemos. Si cuadramos las agendas, habrá que celebrarlo», avanzan.