Hay un Santiago que echa a sus universitarios para hacer pisos turísticos: «Nos exigieron cien euros más para poder quedarnos»

Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Estudiantes y turistas se cruzan en las calles del casco viejo, sea con maletas o con mochilas.
Estudiantes y turistas se cruzan en las calles del casco viejo, sea con maletas o con mochilas. PACO RODRÍGUEZ

Los jóvenes comienzan a asociarse dejando de depender de la inmobiliarias para poder encontrar viviendas aceptables en Compostela

22 may 2023 . Actualizado a las 18:30 h.

Tres jóvenes universitarios se dirigen en Santiago a su piso arrendado para llamar a su casera y preguntarle si su piso va a estar disponible el curso que viene. Quieren repetir, llevan en él prácticamente toda la carrera y desean finalizarla allí, a pesar de que uno de ellos ya esté haciendo prácticas a día de hoy y su tiempo de universidad ya se haya terminado. Juntos inician la conversación, para ver los términos de la renovación del contrato de alquiler, sabiendo que no puede subirles el precio lo que a ella le parezca. «Alucinamos cuando nos dijo que, si queríamos quedarnos, tendríamos que pagar cien euros más cada mes».

Esa era la condición que ella ponía para posponer su plan de convertir la casa en una vivienda turística. «Por supuesto, esto es algo que ella no puede hacer, pues se trata de una tercera planta y la normativa del Concello prohíbe que una vivienda a esta altura se convierta en una dedicada al turismo», apunta uno de los jóvenes, que prefieren no revelar su identidad para no tener represalias en el futuro «ni por esta ni por futuros caseros, vetándonos en las entrevistas para encontrar piso o tratándonos con prejuicios durante los procesos de selección».

La cuestión es que ellos dijeron que no. Se plantaron y ahora ponen rumbo a otra vivienda, «que estamos buscando fuera del Ensanche, fuera del casco viejo y en zonas más alejadas, donde los precios están más bajos». En su peregrinación ya se han encontrado con pisos de todo tipo, pero les da pena dejar el suyo porque ya tenían allí su vida, después de tres años de universidad. 

No son un caso aislado, pues las viviendas turísticas son mayoría en Santiago si se saca una fotografía del mercado del alquiler actual, tal como está. Con datos de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) en la mano, actualmente en Compostela hay cuatro viviendas turísticas disponibles por cada alquiler de larga duración. Son cifras muy similares a las de Pontevedra, encabezando ambas ciudades la clasificación de las grandes urbes de Galicia en este sentido.

Si bien es cierto que siempre las hubo, actualmente se notan más que nunca precisamente debido a las plataformas que las promocionan a través de internet. La Universidade de Santiago (USC) posee grupos de estudio de estos fenómenos inmobiliarios en los que participan profesoras como María José Piñeira, que sitúa el mayor problema para los jóvenes en el precio de las viviendas que se ofrecen dentro del parque de alquiler compostelano, además del mal estado de las mismas y las pocas que ofrece el mercado: «iso dicen as enquisas que realizamos». Justo por este motivo, estudiantes y vecinos en general se están viendo desplazados hacia los concellos vecinos para vivir, a pesar de trabajar o estudiar en la capital.

Un problema generalizado

Con una mirada más alejada queda claro que el problema es estructural y no afecta solamente a Santiago. El pasado noviembre, la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI) indicaba a través de su coordinador general José María Alfaro que los caseros estaban dejando de hacer prórrogas de los contratos de alquiler porque la limitación del aumento de la renta mensual al 2 % del importe actual no les permitía suficiente lucro. De este modo, muchos optan por pasarse al arrendamiento vacacional y cosechar más elevados ingresos o, al menos, extinguir el contrato anterior y crear uno nuevo.

Nada más que en Compostela los alquileres turísticos revierten grandes cantidades de dinero a sus firmantes, al menos en comparación con lo que se puede ingresar a través de los contratos anuales. Se llevan limpios sobre 20.000 euros quienes tienen un piso en régimen de alquiler turístico en el casco histórico, tras impuestos y pago a las plataformas de promoción, mientras que quien es dueño de una VUT en funcionamiento dentro del Ensanche recibe anualmente 10.000 en rentas. Son datos que ofrece la asociación de propietarios Aviturga y datan de febrero de este mismo año.

Conviene recordar que el Concello de Santiago ha dado pasos adelante con el objetivo de regularizar el mercado del alquiler turístico, pero todo se queda en agua de borraja si siguen existiendo dueños que intentan hacer la trampa y sencillamente cobrar lo que recauden sin declarar esos ingresos. Ese sería el caso, precisamente, de los muchachos a los que echan de su piso por no pagar cien euros más cada mes.

«Notamos que moitos caseiros non queren seguir con alugueiros longos e se cambian ás VUT, pois a pesares de non ter datos numéricos concretos, a dinámica en Compostela está clara», apunta la profesora Piñeira. Bajo su punto de vista lo ideal sería perseguir un modelo en el que conviviesen todo tipo de alquileres, todo tipo de formas de residir. No se debe prescindir de nada, «pois tanto o turismo como os estudantes son axentes dinamizadores de Santiago dende a vía comercial á cultural, pasando tamén pola urbanística».

Sobre todo pone María José Piñeira el foco en los universitarios, «que forman parte da identidade de Compostela e pode ser que, se esta non comeza a darlles un trato cómodo e atraente, comecen a buscar oportunidades de formarse noutras cidades, tanto de Galicia coma do Estado».

Los jóvenes se organizan

Hace años que la cuenta de Instagram SalseoUSC moviliza una cantidad de seguidores que le permite conectar con toda la comunidad universitaria y, también, con jóvenes de media Galicia que tienen o tuvieron vinculación con Santiago o su universidad. Este perfil recibe cada día mensajes de sus seguidores pidiendo usar su altavoz para lanzar alguna proclama y ya es ese momento del año en el que muchas de las peticiones se centran en el mercado inmobiliario, sobre todo de gente que busca piso o deja una habitación.

Justo por eso, el administrador de este perfil ha decidido poner en marcha una sección dentro de su cuenta que se especialice solamente en ofertas inmobiliarias. «La idea viene simplemente de que mucha gente me pregunta por pisos, nada más, y por eso decidí sacar adelante esto», declara el joven que gestiona SalseoUSC y que no saca beneficio con esta nueva propuesta «ni con ninguna otra, únicamente algún seguidor más», bromea.

El proyecto fue anunciado ayer y simplemente consistirá en que SalseoUSC se pone a disposición de su comunidad. Cada joven que quiera poner su anuncio deberá enviárselo como mensaje al perfil y este lo reposteará anclándolo como historia destacada y como publicación en el muro de Instagram de su cuenta secundaria, @salseo_usc2, que quedará dedicada al proyecto. De esta manera tan simple se puede superar el modelo de las inmobiliarias, por ejemplo, que tantas veces han criticado los jóvenes alquilados en Santiago en otras ocasiones. 

«El año pasado precisamente unas agencias me querían denunciar por subir historias de gente que buscaba piso. Su preocupación era que los caseros se pusieran en contacto directamente con ellos a través de mi cuenta, cosa que no tiene sentido, pues yo todo esto lo hago sin lucro. Agradezco mucho a la gente que en aquel momento se volcase tanto conmigo, hasta el punto de que hijos de abogados que siguen a SalseoUSC me decían que sus padres me defenderían gratis», reconoce el administrador de la cuenta.

Ese mismo espíritu es el que lo mueve hoy, la capacidad de acción conjunta y de colaboración dentro del propio colectivo universitario, al que el administrador pertenece. Y la respuesta de su gente no puede ser mejor ni más rápida: «Puse el anuncio en la cuenta, a través de una historia, y a las tres horas tenía cien mensajes pidiendo que les echase una mano, a pesar de estar todavía en mayo».