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Con alumnos de 26 países, el colegio compostelano Apóstol Santiago cierra el curso siendo ejemplo de multiculturalidad: «É unha aprendizaxe constante»

Andrés Vázquez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Sandra Alonso

Estados Unidos, México, Guatemala, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Angola, República Centroafricana, Marruecos, Portugal, España, Andorra, Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Hungría, Polonia, Rumanía, Líbano, Vietnam y Australia están presentes en este centro a través del alumnado

20 jun 2023 . Actualizado a las 20:03 h.

El curso se acaba en el colegio Apóstol Santiago , como en todos. También como en todos, en el centro compostelano se organiza algún festival o similares, algún evento que despida el año de aprendizaje y trabajo. En este centro han optado por una exposición, pero pocos podrán igualar el contenido de la misma: los alumnos y alumnas, con lazos familiares o de procedencia en 26 países de los cinco continentes, han aportado cada uno su seña de identidad a la muestra.

Su modelo educativo es diferente porque sus condiciones son diferentes. Delfina Bañobre es la directora del centro desde hace cuatro años, aunque ella llegó hace siete. En ese momento, el colegio perdía alumnado y solamente ocupaba la mitad del edificio que posee ahora entero. «Nos últimos catro anos conseguimos pouco a pouco ir sumando rapazada precisamente grazas ao noso escaso número de alumnos».

El Apóstol Santiago se volvió atractivo para las familias migrantes que llegaban a Compostela, pues había espacio suficiente en él para matricular a todos los hermanos, cada uno en el curso que correspondiese. Eso aliviaba mucho la tarea de llevar a los niños al cole para los padres, que estaban contentos también con la educación que recibían sus hijos al ser un centro pequeño y bastante personalizado. «O resto, para chegar ata os 26 países que temos hoxe, fíxoo simplemente o boca a boca entre as familias, que nos recomendaban aos seus amigos con nenos».

Dentro del modelo del Apóstol Santiago las familias están, de hecho, muy presentes, acudiendo al centro todas las semanas para participar en talleres y actividades con sus hijos, de modo que se genera una comunidad entre los propios padres y madres que va más allá de intercambiar dos palabras esperando a que salgan sus muchachos de clase.

Todos estos motivos y particularidades han dado lugar a alumnos llegados de Estados Unidos, México, Guatemala, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Angola, República Centroafricana, Marruecos, Portugal, España, Andorra, Italia, Francia, Bélgica, Alemania, el Reino Unido, Hungría, Polonia, Rumanía, Líbano, Vietnam y Australia. Nada más y nada menos.

Un centro tan multicultural como este, con estudiantes de los cinco continentes, «xera para o alumnado un ambiente de aprendizaxe constante, ata o punto de que nós tamén aprendemos con eles», señala Bañobre, la directora. Por este motivo también la manera de educar cambia, pues se puede echar mano de muchos más recursos culturales que de otro modo no se tendrían, lo que permite a los alumnos gallegos conocer de primera mano otras tradiciones, modos de vida y de pensamiento que no tendrían si solamente el alumnado fuese autóctono.

Alumnas ante el expositor americano de la muestra, divida en continentes.
Alumnas ante el expositor americano de la muestra, divida en continentes. Sandra Alonso

Ahora bien, el reto es mayor para el profesorado, pues ha de enseñar también desde cero para muchos de los niños todo lo representativo de la cultura gallega, además del temario educativo regular. «Nese sentido, o ano pasado estivemos ensinándolles escalonadamente e pouco a pouco todas as peculiaridades de Compostela». Un proyecto similar, pero a la inversa, es lo que han hecho este año: enseñar las particularidades de cada cultura de las presentes en el Apóstol Santiago a través de las festividades propias de cada mes del año. «Foi así como descubrimos que o Nadal galego ou o Entroido teñen similitudes moi estreitas con festas do outro lado do mundo no relativo aos seus protagonistas ou mesmo nos ritos levados a cabo».

Su filosofía apuesta más por enseñar las asignaturas a través de estas particularidades que haciendo «o exercicio cinco da páxina 24, que tamén é un modelo útil, pero non ten por que ser o máis axeitado sempre». Con esta receta los niños aprenden al mismo tiempo que enseñan, «familiarizándose e ata xerando cariño e aprecio polo de fóra, algo que lles xera moito orgullo aos nenos migrantes».

Descubriendo los objetos correspondientes a Europa.
Descubriendo los objetos correspondientes a Europa. Sandra Alonso

No todo son flores en este colegio, está claro. El pasado marzo el profesorado en su conjunto hacía un llamamiento a las administraciones públicas y sociales solicitando su ayuda, pues muchos de sus 215 alumnos se encontraban en una situación muy vulnerable a nivel social, económico, sanitario o emocional. Denunciaban, además, la lentitud de las instituciones, que no actuaban aún ante casos que ellos consideraban ciertamente peligrosos.

Formando niños y futuros maestros

El CEIP Apóstol Santiago cuenta desde hace tiempo con el alumnado de la USC que se esté formando en Educación Primaria. Hace un par de años se pasaron por el centro las hoy graduadas Paula Fernández Parapar y Carlota González, cuya experiencia en las aulas del Apóstol Santiago marcó su manera de dar clase. Las jóvenes guardan gratos recuerdos de esa etapa, elogiando Parapar en todo momento el modelo educativo: «A pesar das procedencias tan variadas do alumnado, o centro seguía apostando por unha ensinanza en galego, pois as profesoras eramos as únicas vías de acceso que podería ter a lingua nas súas vidas cotiás».

Del mismo modo, ambas destacan el fuerte compromiso del centro con el feminismo, con las ideas de igualdad en todos sus ámbitos, «o que axudaba a formar en valores ao alumnado, algo moi importante máis aló do currículo educativo como tal». Ellas se fueron con la huella del Apóstol Santiago en su modo de trabajar, garantizando exportar su modelo de éxito, a pesar de los problemas, allá donde terminen destinadas.