Alba Fernández, de Casa Mallou: «A la gente le sorprende que con 23 años me pusiese al frente de una taberna de toda la vida de Santiago y vaya a ser madre joven»
VIVIR SANTIAGO
Tras solo seis meses como empleada, la clientela la animó a dirigir el bar que suma casi 70 años de historia y que es una parada obligada en Amio. Este barrio compostelano celebra desde este viernes sus fiestas
27 jul 2023 . Actualizado a las 12:36 h.Queda tan solo un día para que en Amio, uno de los barrios de Santiago más unidos y festeiros, arranquen sus fiestas, que se prolongarán hasta el domingo entre sesiones vermú, orquestas y juegos para los más pequeños. En estos tres días de celebración, una parada obligada para todos los vecinos es Casa Mallou, el bar fundado en 1957 por «la señora Trini», que ahora tiene 99 años, y a quien los vecinos reconocerán el domingo con un presente al ser una de las dos habitantes más longevas del barrio.
Al reconocido local, que a lo largo de sus casi siete décadas de vida, pasó por los hijos y un sobrino de la fundadora, llegó en octubre del 2021, con 21 años, Alba Fernández, una santiaguesa —«de Meixonfrío, casi aquí al lado; de hecho mis padres se conocieron en el campo da festa de Amio»— que había trabajado ya en hostelería y que, en principio, veía este trabajo como temporal. «Tenía apalabrado irme a otro sitio de reciente apertura, pero esta taberna me enamoró y me quedé. No sé explicarlo… es el Mallou... Aquí es todo muy familiar. Del 80 % de la clientela ya sabes lo que va a pedir, si un café cortado o un descafeinado. Son todos encantadores», destaca la compostelana.
«Yo antes de llegar aquí había estado en otro establecimiento en San Lázaro, un barrio más céntrico y transitado. Y aluciné al comprobar la cantidad de gente que se acerca a este local, situado casi en una aldea dentro de Santiago. Se valora que se pueda aparcar fácilmente , pero creo que sobre todo influye el ser el bar de siempre, con muy buen ambiente, partidas de tute o escoba dos viernes al mes y, durante la temporada de verano, juego de llave», encadena con orgullo. «Los lunes cerramos y muchos clientes ya me dicen: ‘'¿y a dónde vamos si no está el Mallou?''», remarca agradecida.
«En abril del 2022 el dueño lo dejó y se me propuso coger el bar. Tuve miedo al verme joven y fueron los propios clientes los que más me animaron; y dije que sí», continúa la santiaguesa, feliz por la decisión que tomó hace casi año y medio. «Yo animo a los jóvenes a que emprendan. Si te sale bien, ¿por qué no?», reflexiona, admitiendo su seguridad.
«A la gente le sorprende que con 23 años me pusiese al frente de un bar de toda la vida y vaya a ser madre joven. Dicen que soy decidida, y eso les gusta», revela con ilusión sobre su embarazo, reconociendo que siempre fue algo que anheló. «Ahora no es lo habitual, pero yo quería. Mi pareja ahora trabaja conmigo en el bar. Vio que no encontraba camarero y se vino; y también se sorprendió al ver lo lleno que está. Hay viernes, cuando cerramos a las 02.00 de la madrugada, que tenemos casi que echar a la clientela. Se quieren quedar», prosigue divertida, incidiendo en la variedad de los seguidores de Casa Mallou.
«Aquí viene tanto gente de 20 años como de 80, y eso es lo bueno. Me encanta ver cómo se mezclan en las partidas de tute. La gente es muy de este bar», incide la santiaguesa, que admite no haber hecho casi cambios en el mismo.
«En la carta sí sumé algunas tapas, como los callos los domingos. Ya en el establecimiento, poco mudó. Solo en la pared donde había colgadas fotos antiguas de Santiago, la quise modernizar un poco, con un papel pintado en el que, de todas formas, los clientes pudiesen seguir viendo esas imágenes de equipos de llave de hace años», señala la joven hostelera. «Creo que a la gente le gusta que siga siendo cómo era. Por eso lleva aquí casi 70 años», defiende.
Ya sobre las fiestas de este fin de semana, avanza que contará con refuerzos. «Los sábados y domingos ya tenemos a un camarero que nos ayuda siempre. En los festejos colaborará además una clienta. El buen ambiente está garantizado», concluye con entusiasmo.