«Llevábamos once meses de novios cuando nos casamos y ahora, después de 50 años, repetimos en Santiago»
VIVIR SANTIAGO
El cantante Arturo Solar, conocido en las verbenas gallegas como Chiclé, y María Anuncia Fernández celebraron este fin de semana sus bodas de oro en la parroquia compostelana de Marrozos
04 oct 2023 . Actualizado a las 11:58 h.«Muy emocionante». Así resumen sus dos protagonistas las bodas de oro que celebraron este sábado en la iglesia de Marrozos, en Santiago, ciudad donde en 1973 se habían casado. «Yo pensé que este iba a ser un acto más corto, pero fue como la primera boda, maravillosa», destaca ella, la lucense -«de O Saviñao»- María Anuncia Fernández Moreiras. «El sábado no pude dejar de pasar la ocasión de volver a cantarle. Elegí Aniversario de boda, de Luis Lucena», añade ilusionado él, el compostelano Arturo Solar. «Yo fui cantante de orquesta durante 38 años en Galicia; aquí muchos me conocen por mi nombre artístico, Chiclé», explica el santiagués mientras tararea de nuevo estrofas como «hoy que han pasado los años; de que el azar nos unió; en fecha de aniversario; yo te ofrezco mi canción», y accede a compartir su historia.
Arturo Solar, nacido en la parroquia compostelana de Marrozos, se crio desde niño en el barrio de O Castiñeiriño. Con 15 años comienza ya a cantar. «Empecé en la orquesta Hispánicos de Arzúa. Ahí me conocían como Chiclé porque mi padre, también santiagués y que trabajaba en un taller, era chapista. Un dispositivo que regula el paso del combustible al carburador se llama así, chiclé», aclara riendo el compostelano, quien, tuvo que interrumpir momentáneamente su trayectoria musical al saltar, de joven, a la emigración. En su caso se estableció en Ginebra, en Suiza.
Allí, comenzó a tocar en una orquesta del centro gallego, y, en un evento, celebrado en Lausana, conoció a María Anuncia, quien a su vez había emigrado a esa ciudad suiza desde su O Saviñao natal con toda su familia. «Él se enamoró de mí y yo de él. Fuimos novios solo once meses y ya nos casamos, yo con 20 años y él con 21. La boda la celebramos en Santiago porque hubo problemas con el papeleo en la embajada. A él, además, lo habían llamado para hacer aquí la mili y no quería venirse solo. Arturo también tenía mucha morriña de su Santiago... En septiembre de 1973 celebramos el enlace en la parroquia de O Castiñeiriño y ahora, después de 50 años, repetimos», señala ella, admitiendo que, desde que se conocieron, nunca se separaron.
«La nuestra fue una vida de canciones, de vivencias, de penas -como una enfermedad mía grave, que me llevó a estar en coma- y de alegrías, como la de tener dos hijos que heredaron de su padre la pasión por la música», añade María Anuncia, mientras Arturo Solar asiente. «Mi trabajo real era albañil, pero siempre lo compaginé con la música. Desde que volvimos de Suiza y, tras un breve intervalo en Barcelona, nos establecimos en Santiago y nunca dejé de cantar en orquestas como Iberia, en A Estrada, o Nova fantasía, en Santiago. Durante 38 años canté desde canción española hasta cumbia, merengues, pasodobles...», enumera Arturo. «Canté en casi todos los pueblos de Galicia y, en Compostela, en todos sus barrios», reafirma con orgullo.
«Uno de mis hijos, Emilio Solar, está ahora en la orquesta Los Satélites, y antes tocó en la París de Noia o en la Olympus. Mi otro hijo, Arturo Solar, es un conocido compositor en EE.UU. La pena fue que por su trabajo él, y su familia, no pudieron venir a las bodas de oro», lamenta el padre, agradeciendo el cariño recibido este sábado de toda su familia.
El aniversario por su medio siglo de matrimonio se celebró con una misa en la iglesia de Marrozos y, a continuación, con una comida en el restaurante Ruta Jacobea de Santiago. «Ya por la tarde nos juntamos en nuestra casa, y vinieron muchos allegados de Marrozos a celebrarlo con nosotros. Éramos más de 30. Fue maravilloso», subraya Arturo Solar. «El que pueda celebrar sus 50 años que lo haga; merece la pena», concluye María Anuncia con entusiasmo.