El reto de una tienda situada a menos de 300 metros de la catedral de Santiago: «Funciona en verano, pero hay que sobrevivir todo el año, por eso cierro»

O.S. SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

El casco histórico compostelano, ante el abismo de la pérdida de su población y su comercio. El comercio de ropa y complementos Yo te cielo, abierto por Nayeli Escobedo en la rúa Vía Sacra, liquida este mes

18 oct 2023 . Actualizado a las 22:04 h.

Fue hace menos de dos semanas cuando Nayeli Escobedo tomó definitivamente la decisión de cerrar a final de este mes la tienda situada en la rúa Vía Sacra -a un paso de la Catedral de Santiago- por la que apostó hace poco más de cuatro años. «Hice cuentas y vi que ya no cuadraba. Funciona en verano, pero tienen que dar muchos esos meses para sobrevivir todo el año, para poder afrontar un alquiler alto...», razona la mexicana, lamentando no poder continuar. «Da mucha pena al ser un proyecto tan personal. La tienda se llama Yo te cielo por una frase que escribió Frida Kahlo en una carta. Todo el negocio le rendía en cierto modo homenaje, sobre todo al principio», añade, mientras enseña desde el mostrador el fragmento de la conocida pintora que la inspiró: «¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida».

«Yo me asenté en Santiago en el 2006, cuando vine a estudiar Filoloxía Hispánica», evoca Nayeli, de 39 años. «Conocí aquí a mi marido, un compostelano, y, al terminar, ya no dudé en quedarme», explica. «En agosto del 2019 decidí montar la tienda tirando de aquello, tanto de ropa como de complementos, que yo conocía. Llegué a este local, porque en él tenían antes un negocio unos familiares de mi marido», asiente desde un espacio, de 40 metros cuadrados, situado a menos de 300 metros del templo compostelano y que acostumbra a llamar la atención por los coloridos vestidos que visten fuera dos maniquíes.

«Dos hombres que pasean por delante siempre se llevan para sus esposas la ropa de esos maniquíes. Ya me dicen que qué van a hacer ahora», desliza agradecida ante los elogios locales. «Estos días, y al enterarse de que liquido el día 31 muchos vecinos entran para decir que les da pena, pero no hay vuelta atrás. Ya no barajé cambiar de ubicación; el proyecto se fue apagando lentamente», comparte la mexicana, ahondando en las razones que la llevaron a tomar la decisión de cerrar.

«La situación no fue fácil desde el principio. A los pocos meses de abrir llegó la pandemia. No había dado mucho tiempo a que los vecinos de Santiago me conociesen...», reconoce enseñando un muestrario que incluye desde distintos tipo de ropa a monederos o muchos complementos. «Al reabrir creo que la gente apostó más por gastar en ocio. Aún así el año santo fue bien, pero este pasado verano, y pese al incremento de turistas, creo que la gente redujo gastos. Hice cuentas y vi que no iba a poder afrontar este otoño», señala, incidiendo en la ubicación. «El local tiene una situación privilegiada en verano, pero durante el otoño o invierno aquí casi no hay movimiento», afirma sobre un contraste cada vez más acentuado en la zona monumental. «Da pena ver locales cerrados y sin actividad por todo el casco histórico, pero cuesta mantenerlos ante la falta de gente o los alquileres», sostiene.

A partir de noviembre Nayeli dejará de ser empresaria aunque avanza que intentará seguir ligada al sector. «Me gustaría seguir en algo relacionado», asiente sin perder su habitual sonrisa. «Me llevo infinitos recuerdos, como de todos esos vecinos a los que les acerqué un poco quién era Frida Kahlo o que siempre se paraban aquí para hablar. Muchos peregrinos mexicanos se impresionaban al ver el rostro de la mexicana en carteras o mochilas de una tienda situada junto a la Catedral de Santiago. Con eso también me quedo», concluye.