El gaiteiro «tiktoker» después de su crítica al programa «Y ahora Sonsoles»: «Me llamaron al día siguiente, pero me quedé como estaba»
VIVIR SANTIAGO
Dani Morán colgó un vídeo en su perfil de TikTok denunciando que, pese a haberse desplazado desde Santiago hasta Madrid para acudir como invitado al espacio, no llegó a salir en pantalla: «Fue un día totalmente perdido»
11 oct 2024 . Actualizado a las 17:41 h.Cuando Dani Morán aceptó la invitación para ir a tocar la gaita al programa Y ahora Sonsoles, no se le pasó por la cabeza que su experiencia fuera a llegar tan lejos. Gaiteiro y tiktoker, ya había estado en otros espacios televisivos demostrando sus habilidades. Esta vez, aunque la aparición le supusiera un viaje de cuatro horas de ida y de otras cuatro de vuelta —vive en Santiago y el plató de Atresmedia está en Madrid—, también dijo que sí. Se define a sí mismo como un músico «muy profesional» y, a posteriori, piensa que los trabajadores del programa no lo supieron ver. No llegó a salir en pantalla y, con su experiencia, ha hecho un vídeo en TikTok que no ha tardado en convertirse en viral. Dos días más tarde del revuelo inicial —lleva cinco millones de reproducciones—, cuenta a La Voz lo que muchos de sus seguidores se preguntan, que es el desenlace final de la historia: «Me llamaron de la productora al día siguiente, pero me quedé como estaba», explica.
Para quien todavía no haya visto el vídeo, la historia se resume en un viaje fallido. El día anterior de que se grabara el programa, Dani recibió los billetes de tren. Salió de Santiago, donde estudia el primer año de Medicina, a las cinco de la mañana. En el edificio de la productora estaba a la una del mediodía y, nada más llegar, pidió la escaleta del programa. Primero, para decírselo a todas las personas que lo querían ver. Segundo, para cerciorarse de que llegaba a su tren de vuelta, que salía de Chamartín a las ocho y veinte de la tarde. Cuando vio que dejaban su actuación y su entrevista para el final del programa, pidió que lo adelantaran. Después de una larga espera, le dijeron que la escaleta no se podía mover. Mentalizado de que iba a tener que dormir en Madrid —gasto del que se encargaba la productora—, le llevaron a plató a eso de las siete de la tarde. No obstante, el escándalo de las informaciones sobre el rey emérito estalló como última hora y, durante la tarde, no se habló de otra cosa.
«A las ocho menos cuarto, me dicen: "Tienes un taxi en la puerta esperando para llevarte a casa"», recuerda el joven de 18 años. Pese a haberse desplazado desde Santiago única y exclusivamente para tocar la gaita en el programa, terminó sin aparecer en pantalla. La explicación que le dieron fue que, al tratarse de un tema que no estaba previsto, tenían que prescindir de él. Llegó al tren por los pelos y, ya en su casa y después de haber hecho unos 1.200 kilómetros en una jornada, grabó el vídeo viral. «Fue un día totalmente perdido», sentenciaba para finalizar.
Lo que no esperaba era que su vídeo, algo que hizo como explicación a sus seguidores, llegara a tantos millones de personas. Después de verlo publicado como noticia en varios medios de comunicación, Dani recibió una llamada de la productora. «Principalmente, lo que querían era pedirme disculpas. También me contaron que había sido algo completamente imprevisto, una cosa del directo», cuenta el joven gaiteiro. «Me dijeron que no pudo ser por mala suerte y que lo sentían mucho, que no era algo que pudieran haber controlado —aunque él, en este sentido, expresa sus dudas—. También que si a ver si podían hacer algo por mi, pero bueno, yo ya les dije que ahora no pueden hacer nada, que eso ya pasó», continúa. Le sorprendió que no le mandaran borrar el vídeo e incluso él les comentó al otro lado del teléfono la repercusión que estaba teniendo. «Fueron unos diez minutos de llamada en los que me explicaron la organización que habían seguido de principio a fin. Me quedé un poco como estaba», sentencia Dani.
Realmente, no lleva demasiado tiempo con el tema de las redes. De hecho, a subir vídeos a TikTok comenzó a principios de año. «Era Navidad, tenía tiempo libre, tocaba mucho y quería enseñarlo a la gente sin saber cómo», explica Morán. Buscaba la originalidad que, ya de por si, le aportaba su instrumento. Ver una gaita en el scroll infinito que es la aplicación no suele ser frecuente. Poco a poco fue ganando visualizaciones y, once meses después, suma una comunidad de 50.000 seguidores. Ellos le piden canciones y él, que se debe a su público, las aprende y las toca. Así es como algunos temas, como Potra Salvaje o Tu Silueta, tienen ahora una versión folclórica. Aunque las redes sean una novedad, la gaita le ha acompañado toda la vida. Aprendió gracias a su padre con seis años y, desde ese momento, no se separaron.