Ellos pasan las noches en la biblioteca: «Si entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde estudio 40 carillas, de una a seis de la madrugada puedo memorizar 150»

LA VOZ SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

Imagen de archivo de unos jóvenes estudiando en la biblioteca.
Imagen de archivo de unos jóvenes estudiando en la biblioteca. Sandra Alonso

Las aulas de la facultad de Dereito llevan dos semanas operando durante las 24 horas del día

20 ene 2025 . Actualizado a las 19:00 h.

Las aulas de estudio de la biblioteca de Dereito llevan dos semanas operando durante las veinticuatro horas del día. En época de exámenes, cualquier refuerzo es bienvenido por parte de los universitarios. De madrugada, salvo en el lapso de tiempo que se utiliza para limpiar las salas, ellos hincan los codos. Tal y como explican desde la USC, los datos de uso, que se recogen cada hora, muestran un «alto» nivel de ocupación desde las diez de la noche hasta las dos de la mañana, superando el 50 % de la capacidad del aula, que tiene, aproximadamente, unas 350 plazas. Por extraño que pueda parecer, hay jóvenes que, para estudiar, prefieren la calma de la noche que el ajetreo del día. O, para completar su jornada de preparación intensiva, salir de la Conchi a medianoche, que es el momento en el que cierra, para hacer el último repaso en su vecina, Dereito, la única de las salas de la universidad que se amolda a los que son más de trasnochar. 

Marta, de Historia, pasó las últimas madrugadas en el aula. Ella admite ser de atracones: «Dejo todo para última hora, es algo que me gustaría cambiar. Hay asignaturas que piensas que son menos densas y, al empezar a subrayar los apuntes, te llevas una sorpresa. Cuando vas justa de tiempo para llegar al día con el examen bien preparado, haces estas cosas», dice la joven en referencia a sus horarios de estudio. El lunes y el martes se quedó en Dereito hasta las dos de la mañana, lapso de tiempo en el que «todavía ves gente», pero cuenta que el miércoles no llegó a su casa, a diez minutos del campus, hasta las tres y media. Explican desde la USC que es a esa hora, a las tres de la mañana, cuando la ocupación comienza a descender gradualmente hasta que dan las siete, el pico de afluencia más bajo. A las ocho, acogiendo a los madrugadores, comienza a subir de nuevo y de manera gradual

«En Dereito me tengo preparado un examen en una noche», cuenta Martín, estudiante de Educación Primaria. No lo hace con todas las materias —«intento llevarlas más o menos al día», asegura—, pero sí que hay momentos puntuales en los que agradece la función veinticuatro horas. «Este año lo llevo mejor, pero el pasado sí que me pegué atracones. Yo prefiero despertarme tarde y quedarme después más rato estudiando. Lo que hago mucho es venir a la Conchi al mediodía, cuando queda algún sitio libre en la última planta, y quedarme hasta la hora de cenar. Luego, enganchar con Dereito hasta la una y media o dos. Así, por lo menos, cambias de ambiente», explica el joven. Él menciona la tranquilidad, porque a la noche poco queda del ajetreo que caracteriza las mañanas y las tardes en el campus. «Además, tienes sitio. A las doce de la noche ya no guardas plazas con folios porque a esa hora no llega nadie, quedamos los trasnochados de siempre», dice en tono de humor. 

Pero, ¿cómo aguantan mañana, tarde y madrugada con la mirada sobre el temario? Marta responde que, a ella, le mueve la presión. «Digo: “Vale, tengo examen en tres días. Puedo ponerme a tope y sacarlo o volver a repetir lo mismo para la segunda convocatoria”. Creo que el esfuerzo, aunque canse, vale la pena», reflexiona. Lucía, estudiante de Ciencias Políticas, también es más de avanzar con los apuntes de madrugada. Cuenta que su mayor aliado en época de exámenes es la cafeína y que estas semanas a sus cuatro tazas diarias —desayuno, media mañana, después de comer y a la tarde— le suma una más a eso de las diez u once de la noche. «Soy una persona que retiene mucho mejor por las noches. Cuando descubrí la biblioteca nocturna, me volví loca. Puedo estar de diez de la mañana a ocho de la tarde habiendo estudiado solo 40 carillas, pero de una de la mañana a seis igual memorizo 150. Es una barbaridad. Prefiero estudiar hasta las cuatro o cinco, irme a casa, dormir hasta las doce, comer y volver otra vez», explica. 

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Ellos no son una excepción. «En xeral, hai un uso constante e moi estable. Trátase dun servizo, o nocturno, que evidentemente non ten as taxas de ocupación do horario diurno, pero que se vén consolidando ao longo dos tres últimos anos», explican desde la Universidad. Antes de que Dereito ejerciera como aula veinticuatro horas, era la Conchi, la más grande en cuanto a número de plazas —unas 950 sumando las tres plantas— la que ofertaba este servicio. «Salía de la Conchi a las seis de la mañana, pasaba por casa e iba de reenganche a la facultad», recordaba una estudiante en un reportaje publicado en La Voz unos meses atrás. El volumen de ocupación, notablemente menor al que hay durante el día, fue el motivo que llevó a cambiar la localización a Dereito. La facultad, tal y como explican, dispone de una capacidad modulable, con una sala grande y otras tantas que se van abriendo en función de la ocupación. Precisamente por eso, a partir del lunes, cuando muchos de los centros de la USC ya han finalizado el período de exámenes, reducirá su horario y abrirá solo de 08.30 a 00.00 horas.