El número uno de la selectividad gallega, cinco dieces en la fase general: «Me gustaría ser neurólogo»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SELECTIVIDAD

PACO RODRÍGUEZ

Julio Raposo es compostelano y su intención es estudiar Medicina en la Universidade de Santiago

17 jun 2022 . Actualizado a las 19:04 h.

Historia de España, 10. Lengua castellana, 10. Lingua galega, 10. Lengua extranjera, 10. Matemáticas II, 10. Podría haber empate, pero a Julio Raposo Bouzas (Santiago, 2004) nadie podía arrebatarle la mejor nota de la selectividad gallega. Este joven que estudió en el colegio Peleteiro estaba seguro de haber hecho unas buenas pruebas de acceso a la universidad, pero admite que «esperaba algún error en los exámenes, por lo menos algún error más». A la parte general sin fallos se sumaron dos ejercicios en la fase específica, en los que obtuvo otro diez y un nueve. Ese nueve impidió el diez redondo en toda la ABAU, «¿rabia? No, para nada, en ningún caso», explica tranquilo.

Tras tres días de exámenes la impresión fue buena, «pero tenía bastantes dudas en todos, no estaba muy seguro en ninguno de los ejercicios». El esfuerzo de estos meses, años en realidad, dio sus frutos, porque Julio asegura que las calificaciones que obtuvo no son más que el resultado del trabajo, «yo siempre he tenido buenas notas en general, no solo en bachillerato, pero estudio bastante, sí que le echo horas. Creo además que en la selectividad es más importante el tiempo que has trabajado durante el curso que esos días previos». Fueron días en los que tampoco se relajó «intenté llevarlo con tranquilidad, pero en todo caso fueron más horas de estudio que durante el curso».

A Medicina sin problema

Ahora tiene por delante una nota media de 13,8, ya que en bachillerato obtuvo un 10, matrícula de honor. Desde hace tiempo tiene clara por dónde irá su vocación, y aunque Medicina es la niña bonita del sistema universitario gallego y muchos pelean por entrar, en su caso no habrá nervios de última hora para saber si logra plaza o no, «siempre fue mi idea y espero no tener ningún problema en acceder», cuenta, «es una carrera que quería estudiar desde que era pequeño. Una vez me rompí el brazo y me planteé esa vocación, el poder ayudar a la gente».

Lector y aficionado a la música

Sabe que en estos momentos hay un déficit de médicos en casi toda España así que su futuro laboral parece encaminado. En concreto, y aunque en seis años todo puede cambiar mucho, le atrae el mundo de la neurología, «siempre me llamó la atención el cerebro humano y los trastornos relacionados, el de atención e hiperactividad, las patologías neurodegenerativas...».

En su día a día, Julio es un lector ávido, sobre todo de novela policíaca. Entre sus autores de referencia están también los gallegos y como no Domingo Villar, por lo que admite que su repentina y reciente muerte le apenó bastante. Antes de la pandemia solía hacer natación pero con el virus y las restricciones «todo se complicó bastante». También disfruta de la música, y en concreto de determinados estilos. Le gusta el pop, el soul, el rhythm and blues... Es el benjamín de la familia y tiene en su hermano mayor a una referencia, alguien a quien admira «y una persona muy trabajadora». Con 18 años cumplidos y el futuro inmediato resuelto, por delante Julio tiene dos meses de vacaciones muy merecidas. De momento no ha pensado en un verano especial «supongo que será un buen verano, pero en general ya intento que siempre lo sea», afirma con humor este joven compostelano, «algo improvisaremos».