Álvaro Cervantes: «Me arranqué en algún momento del rodaje con el italiano»
PLATA O PLOMO
El actor da vida a Aurelio de «Los relojes del diablo», la serie que emite Cuatro
26 jul 2021 . Actualizado a las 09:38 h.Atreviéndose incluso con el italiano, el actor Álvaro Cervantes (Barcelona, 31 años) es uno de los actores de Los relojes del diablo, la nueva ficción italo-española que emite Cuatro esta noche a partir de las 22.45 horas. En ella, el intérprete se mete en la piel de Aurelio, el hijo ilegítimo del líder del cártel de los Vizcaíno, poderoso clan que opera entre España y Venezuela. Tras la detención de su padre, se las ingenió para hacerse con el poder en la organización sin derramar ni una gota de sangre. Sin embargo, bajo su aspecto juvenil se esconde un hombre de negocios sin escrúpulos, que hace gala de una extrema violencia si la situación lo requiere.
La nueva coproducción de Mediaset, que ya se emitió en Italia a través de la cadena pública RAI en un estreno que fue seguido por más de cinco millones de espectadores y un 21 % de share, está inspirada en el libro Gli orologi del diavolo, escrito por el periodista Federico Ruffo. Cuenta la historia de Gianfranco Franciosi, el mecánico italiano que ayudó a las fuerzas del orden a desmantelar una importante red de narcotráfico en el marco de la operación Albatros hace más de una década. El reparto internacional de la serie lo completan, entre otros, los actores Giuseppe Fiorello, Nicole Grimaudo, Alicia Borrachero y Michelle Calvó.
—¿Qué diferencia esta serie de narcotráfico de otras?
—En esta serie, lo diferente no es tanto que sea una serie sobre narcotráfico, sino que es la historia de un infiltrado, Marco, en una red de narcotráfico; un hombre común por su condición de mecánico y náutico, que repara y fabrica embarcaciones. Esa situación le lleva a tener contacto con esta red y eso es lo que utilizará la policía italiana, en colaboración con la española, para dar con Aurelio, que interpreto yo. Este personaje, Marco, el mecánico, va a ser el encargado de fabricar las embarcaciones al líder de la organización y eso va afianzar una relación durísima.
—¿Cómo le llegó la oportunidad de participar en esta coproducción? ¿Tiene alguna relación con Italia?
—Me llega a través de Telecinco, que me propone formar parte de esta coproducción. Era algo que estaba deseando que ocurriera: formar parte de una aventura así. Con Italia tenía muchas ganas porque hay una cierta proximidad cultural. Hay historias de cine y televisión que me atrapan mucho. Soy muy fan de la serie Gomorra. Entonces había algo como deseado que, justo me llega, y se me plantea como una coproducción que se iba a grabar en Italia, en zonas de Roma, y después se continuó en España, en Málaga y en Cádiz, y acabé de rodar en Puria.
—¿Y qué tal el baile del idioma?
—Lo bueno de esta historia es que es una coproducción que se aventura de una manera muy natural porque la propia lógica de los personajes bebía de los dos mundos. En el rodaje, los actores italianos grababan en italiano y los españoles, en castellano. Y luego, en la interacción, la mayor parte iba cada uno en su idioma aunque yo me arranque en algún momento en italiano. En la versión de la RAI, eso sí, me doblé al italiano y afiancé lo que había aprendido.
—¿Cómo ha sido encarnar a su personaje?
—Aurelio entraña la amenaza a la que se enfrenta Marco y eso siempre es muy gustoso, porque cada aparición de Aurelio implica un peligro para el infiltrado. Al ser un personaje que no es protagonista, como actor te da mucha libertad para poder probar cosas, poder jugar. En cada aparición de Aurelio, el conflicto es evidente. Marco debe ocultar su identidad y tiene que acercarse a alguien muy peligroso.
—¿Disfruta más interpretando a un héroe o villano de la ficción?
—Yo disfruto interpretando a personajes que colaboren activamente en contar la historia. En ese sentido, que sea el héroe o el villano, pero que sean personajes inteligentes. Que pueda dudar, tomar decisiones que sorprenden al espectador y que a nivel de actor te hagan disfrutar. A veces el villano o el antagonista, o un personaje de reparto muy potente, te da mucha capacidad de construir y de hacer algo muy alejado a ti. Y en general, o al menos a mí me pasa, cuanto más alejado es el personaje, más disfruto.
—Ha trabajado bastante fuera de España con diferentes proyectos. ¿Cómo se ve la ficción nacional fuera de nuestras fronteras?
—La ficción española se valora muchísimo fuera. Y a los actores también. Se nos valora muchísimo en cuanto a dar el margen para encontrar a sus personajes, para trabajar conjuntamente con los equipos. En este caso, hemos vivido una relación muy estrecha con el director, en la que tenía clara la serie pero a la vez estaba abierto a trabajar los personajes con cada uno de nosotros. Cuando trabajas fuera, hay una complejidad por el idioma, pero cuando dicen acción el trabajo es trabajo.
—¿Cuál ha sido el papel de tu vida?
—Te diría un personaje que evidentemente fue un reto total, fue el de Carlos, Rey Emperador (la serie histórica de TVE emitida en el 2015). Significó un trabajo bestial, interpretándolo desde que en la ficción tenía los 17 años hasta su madurez. Fue una gran responsabilidad de interpretar.