Para ser alguien en Hollywood hay que tener lo que hay que tener. Resulta difícil de explicar pero, por favor, fíjense en Jonah, en ese porte a la hora de lucir el smoking, en el gesto de su mano izquierda, en la naturalidad con la que esconde sus ojos detrás de las gafas de sol y, sobre todo, fíjense en su sonrisa. Si no fuera por su altura y porque no lleva zapatos, nada tendría que envidiar a tipos como Bruce Willis o Mel Gibson. Bueno, hay que decir que, al fin y al cabo, Jonah ha participado ya en un buen montón de películas. Incluida, por supuesto, El planeta de los simios. Jonah fue uno de los invitados a la gala en la que se entregaron los premios a los mejores especialistas de Hollywood, esos que se juegan la piel y que casi nunca dan la cara. Jonah no obtuvo premio, pero pasó una noche estupenda y seguro que hizo algunos contactos para el futuro. Ya saben, el juego de Hollywood.
ANTONIO BANDERAS, SIEMPRE ATRACTIVO. Desde luego, Antonio Banderas hace mucho tiempo que tiene ese lo que hay que tener al que me refería al hablar del glamour de Hollywood. Está claro que es una estrella y que ejerce como tal. Su última aparición, en los premios Alma, fue tan espectacular como siempre. Banderas recibió una mención especial en la entrega de estos galardones que destacan la actividad de los latinos en el mundo de la música y el cine. Los que triunfaron fueron Paulina Rubio, Marc Anthony, Benjamin Bratt y Laura Elena Harring, una de las dos chicas fichadas por David Lynch para Mullholland Drive.
CHELSEA CLINTON SE ENTERA DEL ORIGEN DE SU NOMBRE. Bueno, en realidad ya lo conocía, pero la hija de Bill y Hillary visitó ayer el barrio londinense al que debe su nombre de pila. Ella misma explicó que sus padres habían pasado en ese barrio la Navidad de 1978. Hillary estaba embarazada y, al parecer, fueron tan felices, que decidieron que si el bebé era una niña se llamaría Chelsea, como así fue. La joven está estudiando Relaciones Internacionales en Londres y parece que no acaba de acostumbrarse a ser famosa. «Me siento ridícula posando para tantos fotógrafos», decía ayer. Yo creo que esas declaraciones sí que son una pose.
ISMAEL MEJORA. Sigue grave, pero parece ser que ya no tanto. Ismael, el ganador del primer Gran hermano, va normalizando sus constantes vitales y, si la cosa no se complica, vivirá para contarlo. De momento no ha salido de la Unidad de Cuidados Intensivos, pero yo le deseo que salga cuanto antes. Un tipo tan simpático merece algo más de suerte. O eso creo yo.