Los ecologistas abren con una marcha la lucha para el cierre de la central nuclear de Garoña
SOCIEDAD
Después de Zorita, Garoña. Al menos ésta es la reivindicación expresada ayer por dos centenares de ecologistas que participaron en una marcha para exigir el cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos), que, con 32 años de vida, se convertirá en la más antigua de España después del cierre programado de la planta de Guadalajara, previsto para el año 2006. Aunque la protesta de ayer no fue muy numerosa, sí supone el principio de una nueva lucha para la clausura del complejo atómico burgalés, puesto que tanto los ecologistas como partidos políticos como IU y PSOE tienen en el punto de mira el desmantelamiento de la central. Una instalación atómica que no está previsto cerrar es la de de Mayak, en Rusia, pese a que ayer se conmemoró el 45 aniversario de una catástrofe nuclear la mitad de peligrosa que la de Chernóbil. Ecologistas y políticos denunciaron ayer que las balsas radiactivas del centro de procesamiento nuclear corren el riesgo de desbordarse.