Ribadavia, de viaje al Medievo

Alba Díaz-Pachín | alba.diaz@lavoz.es

SOCIEDAD

SANTI M. AMIL

30 ago 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras la lluvia, escampó. Y como dijo el Merlín de la Istoria, Edmundo Araújo, coordinador de la cita en Ribadavia, no había que preocuparse, tras dos días de lluvia saldría el sol para la Istoria. Y así fue. La capital de O Ribeiro hizo de nuevo honor a su nombre y capitalizó las miradas festivas de los ourensanos y de los miles de personas provenientes de toda Galicia que decidieron viajar en el tiempo para encontrarse una año más con la Edad Media. «¡Viva la Istoria, viva la histórica fiesta, viva Ribadavia!», dijo el pregonero, bajo el seudónimo de Marxim, y la fiesta, que comenzaba a sentirse desde primera hora de la mañana, estalló en alegría, originalidad y diversión. Al son de los tambores, de las gaitas, del bullicio, dejándose llevar por los olores de los puestos gastronómicos y de las hierbas medicinales, la multitud abarrotó el casco viejo. Con maravedíes en los bolsillos, arqueros, frailes, reinas y caballeros probaron licores medievales que elevan el espíritu, postres que se presentaron como manjares de los dioses y caldos de O Ribeiro bajo el anagrama medieval. La presentadora de televisión Anne Igartiburu visitó ayer la localidad pontevedresa de Ponte Caldelas con motivo de una campaña promocional del establecimiento de Kiona en la villa. Éste es el segundo año que Anne se acerca a esta localidad para participar en el aniversario de esta tienda de muebles, una efeméride que además coincide con el inicio de las fiestas de los Dolores. En un programa especial de Radio Voz Pontevedra, Anne Igartiburu resaltó la forma de ser de los vecinos de Ponte Caldelas, tomando como ejemplo a su alcalde, al que calificó de «guapete» y de corresponder a una nueva imagen de regidor local: una persona joven, que «dio la vuelta a su vida para dedicarse a su localidad». En el ámbito profesional Igartiburu manifestó que éste ha sido «un verano muy intenso para los temas del corazón». Uno de los gigantescos guardaespaldas de Silvester Stallone derribó ayer a un periodista de una televisión italiana, cuando trataba de «proteger» al actor. Pero Stallone se lanzó por él y lo ayudó a levantarse, para reprender después duramente al «matón». «Reaccioné y me disculpé con él y con los italianos. Pensé qué hubiera pasado si eso le hubiera sucedido a mi padre», dijo Sly.