Pontevedra es la segunda ciudad, después de Madrid, donde más tiempo podrá verse Los expertos insisten en que se tomen precauciones, ya que mirarlo puede ocasionar ceguera.
23 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.El primer lunes de octubre tendrá lugar un acontecimiento único en el mundo que los gallegos van a poder vivir de forma privilegiada. Se trata del eclipse solar anular, un fenómeno astronómico de gran repercusión social que no sucede en Galicia desde hace casi 250 años y que no se volverá a repetir hasta dentro de 80. El eclipse anular podrá verse a lo ancho de una franja de aproximadamente 185 kilómetros que cruzará la Península desde Galicia a Alicante. Todas las zonas que queden al margen de esa franja sólo podrán percibir el eclipse de forma parcial, un fenómeno interesante, pero, según los expertos, mucho menos que el anular. Éste se diferencia de los eclipses totales o parciales en que cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, alineándose los tres elementos, el satélite no llega a cubrir la estrella por completo, y entonces se forma el denominado anillo de fuego, provocado por la luz del Sol que no llega a tapar la Luna. Cuatro minutos de visión El eclipse comenzará cerca de las 10.41 horas en el océano Atlántico, y finalizará a las 14.23 en el Índico. La gran mayoría de las ciudades gallegas serán testigos privilegiados de este viaje, tan veloz como extraordinario, pero Pontevedra se lleva la palma, ya que será donde más tiempo pueda apreciarse el eclipse, durante cuatro minutos y cuatro segundos. Una cifra que sólo superará Madrid. Los habitantes de ciudades como A Coruña, Ferrol o Lugo tendrán que desplazarse si quieren asistir a este espectáculo, ya que el extremo norte de Galicia queda fuera de la zona de anularidad y sólo será visible el eclipse parcial. Para los interesados en este tipo de fenómenos astronómicos, lo más recomendable es acercarse a las ciudades del sur de la comunidad, en las que podrá verse, y es que no es fácil recordar un eclipse anular en Galicia. Debido a la rareza de este acontecimiento, es comprensible que gran parte de la comunidad de científicos y astrónomos de todo el mundo se haya puesto en alerta y cruce los dedos para que la meteorología acompañe al día 3, ya que una simple mañana nublada puede impedir la visión de este fenómeno único.