Miles de fieles acuden a Roma en el aniversario de Juan Pablo II

María Signo CORRESPONSAL | ROMA

SOCIEDAD

Las autoridades esperan la presencia de más de 120.000 personas La beatificación está pendiente de la revisión del milagro por la comisión médica

01 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Un año después de la muerte de Juan Pablo II, el hombre que reinó en el Vaticano durante 26 años es venerado como un santo y su tumba recibe diariamente la visita de entre 15.000 y 20.000 fieles. Ayer fueron aún más, puesto que numerosos fieles ya se encontraban en Roma para venerar al papa Wojtyla en el primer aniversario de su muerte, que se conmemora hoy. Las autoridades de la capital italiana esperan la asistencia de miles de personas a los actos de la plaza de San Pedro. El prefecto de la ciudad, Achille Serra, estima que del extranjero y de otras regiones de Italia llegarán entre cincuenta y sesenta mil personas, a las que se unirán un número similar de romanos. El mayor grupo de fieles procederá de Polonia, de donde se calcula que pueden llegar unos cinco mil peregrinos, según fuentes de la comitiva de ese país, aunque mañana, fecha del aniversario, es cuando se espera la mayor afluencia de personas. Voluntarios, policías y protección civil se han movilizado para que nada falte a los peregrinos este fin de semana, desde agua hasta aseos dentro de un complejo plan de seguridad. La ciudad de Cracovia, antigua diócesis de Juan Pablo II en el sur de Polonia, también comenzó ayer la conmemoración?Misas, veladas de oraciones, conciertos, exposiciones y proyección de películas recordarán al sumo pontífice desaparecido el 2 de abril del 2005. Aunque su beatificación no será tan rápida como pedían los peregrinos a su muerte, parece que nada impedirá que Karol Wojtyla sea elevado a los altares. Curación de una monja El proceso se inició el pasado 28 de junio. Desde ese momento, el postulador de la causa, el polaco monseñor Slawomir Oder, no ha dejado de recibir testimonios de fieles. Aunque el proceso se lleva en la más absoluta reserva, algunas cosas sí han trascendido. Se sabe que el milagro que el candidato debe hacer realizado después de muerto y que es condición indispensable para la beatificación, podría haber sido la curación de una monja enferma de un cáncer terminal. Así lo sugirió el cardenal Estanislao Dziwisz que fue secretario de Karol Wojtyla durante años. La agencia católica francesa I-Media aseguró que se trata de un episodio ocurrido en Francia en octubre pasado, por lo que resultaría válido, al haber ocurrido tras la muerte del candidato. De todos modos, la presunta curación de la monja deberá ser analizada por una comisión de médicos y de teólogos, quienes sentenciarán si se trata o no de un milagro. Para hoy, fecha que conmemora la muerte del pontífice, el Vaticano, ha querido rememorar los momentos en que fieles de todas las edades rezaban por un Juan Pablo II agonizante. Así, esta noche en plaza de San Pedro a las nueve tendrá lugar el rezo del rosario, en el que también participará Benedicto XVI. Media hora antes, el coro de la diócesis de Roma animará la oración con cantos y lecturas de los textos de Karol Wojtyla tomados de su carta apostólica Rosarium Virginis Mariae . El sucesor de Juan Pablo II, Benedicto XVI, se dirigirá a los fieles presentes en la plaza para recordar su figura. Los retos de Benedicto XVI Después de este año de ausencia de Wojtyla, a Benedicto XVI le quedan varios desafíos por afrontar, como la reforma de la curia, el aligeramiento de la burocracia vaticana y la apuesta por un gobierno más plural de la Iglesia (la famosa colegialidad). En materia de liturgia, Benedicto XVI no es amigo de los cambios. No en vano, después de ceñirse la tiara, el actual Papa advirtió de la necesidad de conservar la solemnidad y la corrección en las celebraciones eucarísticas. Como intelectual acostumbrado a tomarse su tiempo, Benedicto XVI no ha tomado decisiones apresuradas, ha prescindido de los gestos mediáticos de su antecesor y carece de su interés viajero. Su primera encíclica rebate algunas teorías marxistas y se centra en el amor y la sexualidad, tratando de hacer ver que la Iglesia no repudia el sexo. Si bien la trayectoria de Joseph Ratzinger ha sido coherente con el pontificado de su antecesor, en algunas cosas se distancia de Karol Wojtyla. Por ejemplo, no comparte con el Papa polaco su devoción por la proliferación de mártires, beatos y santos.