En un mundo de implantes de silicona y cirugía estética, la sencillez todavía se valora. Así lo mantiene la revista People , que nombró ayer a la actriz estadounidense Jennifer Aniston la mejor vestida del 2006 por su estilo natural. La edición anual de la popular revista sobre los mejor y los peor vestidos saldrá a la venta hoy viernes y en ella aparecen numerosas estrellas de Hollywood, que reciben un apelativo para describir su gusto en alta costura. La oscarizada actriz Halle Berry, apodada «la clásica», es la segunda en la lista por detrás de Aniston, mientras que la número tres es «la recién llegada» Jessica Alba, de 25 años, que protagonizó éxitos como Los cuatro Fantásticos. La lista fue confeccionada por primera vez por los lectores a través de Internet, y no por los editores, según manifestó la directora ejecutiva de la publicación, Elizabeth Sporkin. La directora ejecutiva aclaró que «la natural» Aniston ganó con el 54% de los votos. «Ella tiene un sentido de la moda que resulta accesible», aseguró Sporkin. «Usa vaqueros, camisetas y chaquetas. Se viste como una persona normal, y sus vestidos de noche hacen pensar que una podría vestirse como ella, si tuviese que asistir a un evento», añadió. En el caso de los hombres, el cantante Justin Timberlake recibió el título de «el que va más a la moda», y David Beckham es al que mejor le quedan la «chaqueta y los tejanos». Por su parte, el actor George Clooney recibió el honor de tener el «mejor estilo monocromático». Por supuesto, también están los peor vestidos del año, pero en lugar de hacer una lista con los diez peores, la revista trató el tema con estilo. Además de mencionar el uso de pijamas en público por parte de Paris Hilton y la afición de Teri Hatcher de mostrar su ropa interior, People dedicó una página entera a Sharon Stone. «Estas son personas bien vestidas que arruinaron su reputación; tuvieron un mal día», declaró Sporkin. Las peores del mundo son las modelos británicas Jordan y Jodie Marsh. Jordan, cuyo verdadero nombre es Katie Price, es conocida por sus operaciones para aumentar su pecho, mientras que Jodie trabajó haciendo topless para el periódico The Sun. | reuters La escritora británica Joanne Kathleen Rowling estuvo a punto de no poder subir a un vuelo Nueva York-Londres porque se negó a mandar con su equipaje la última entrega de Harry Potter. Los empleados de aduanas estadounidenses, que aplican consignas de seguridad particularmente estrictas desde agosto, terminaron autorizando a la escritora a llevar a bordo este único ejemplar de su nuevo libro. «Me negué a separarme del manuscrito del tomo 7; buena parte del texto fue escrito a mano y no había ninguna otra copia. Por suerte, me dejaron llevarlo, atado con elásticos», explica. | afp