Después de más de un año de lucha por sobrevivir, el mítico club CBGB, cuna del punk rock neoyorquino, cerró finalmente sus puertas con un concierto de despedida al que asistieron miembros de algunos grandes grupos de su pasado glorioso, como Blondie, Patti Smith o Bad Brains. A pesar de los esfuerzos de Hilly Krystal, el productor de 74 años que ha regido los destinos del club durante más de tres décadas, un litigio con la propiedad del local ha acabado con el que fue cuna y santuario del punk. La disputa se originó por la falta de pago del alquiler por los inquilinos, encabezados por Krystal, a quienes los dueños del local reclamaban 90.000 dólares en concepto de atrasos. Cantantes y actores famosos como Juliette Lewis, Patti Smith o Cyndi Lauper, entre otros, firmaron un documento pidiendo a las autoridades de la ciudad que la sala sea declarada sitio de interés cultural e histórico. El propio alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ofreció su mediación para lograr el traslado del famoso club a otro local de la ciudad, e incluso lució una camiseta con el lema «Salvemos el CBGB». No sirvió de nada. El incombustible Krystal planea trasladar el local en el que se hicieron famosos los Ramones o Lou Reed a otra ciudad, concretamente Las Vegas.