La infanta Elena, de 43 años, la hija mayor de los Reyes y la más parecida a don Juan Carlos, es una persona amable, sensible y elegante, que nunca ha querido ser protagonista de la actualidad pero que ha llegado a los españoles por su espontaneidad y cercanía. Doña Elena ha sabido combinarlas con su actividad profesional y su amor por el deporte, especialmente por la hípica y el esquí. Hay dos imágenes que simbolizan su espontaneidad y cercanía: el día de su boda los nervios le hicieron olvidar el protocolo de pedir la venia al Rey antes de dar el «sí, quiero»; y sus lágrimas cuando su hermano, el Príncipe de Asturias, entraba como abanderado de España en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 dieron la vuelta al mundo.
Siempre ha estado muy cerca del Rey y fue la primera en darle nietos. Es gran amante del ballet, la música y el baile, y, como su abuela paterna, doña María de las Mercedes, es aficionada a los toros.
Se graduó en Magisterio en 1986 y amplió sus estudios en la Universidad de la Sorbona, en París, donde conoció a Jaime de Marichalar. Tras licenciarse en 1993 en Pedagogía, volvió a su colegio, Nuestra Señora del Camino, como maestra y, posteriormente, retomó su actividad docente como profesora de inglés en una guardería de la que es copropietaria. Ocupa el cuarto lugar en la sucesión a la Corona y, como tal, acude a numerosos actos oficiales y protocolarios, sobre todo de carácter cultural.