«É un caso normal, coma o de calquera parella»

Lucía R. Insua

SOCIEDAD

15 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

«Falouse máis da borracheira de Melendi no avión que o levaba a México que da separación da infanta». Esta afirmación, hecha por una quiosquera de la céntrica plaza de Santo Domingo, da una idea del sentir de muchos lucenses al día siguiente de que la Casa del Rey anunciase el «cese temporal» del matrimonio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar.

De las sonadas, y contadas, visitas que realizaron a la ciudad en estos doce años y que en su momento sacaron a la calle a miles de ciudadanos, ayer solo quedaba el recuerdo de la anécdota. «A última vez que viñeron estaba a rúa Ramón Ferreiro invadida de xente para velos, mira ti, e hoxe ninguén dixo nada, só que se separan, coma un matrimonio normal», reflexionó una pescadera de la plaza de abastos de Santo Domingo.

«Hoy no se habló nada de ellos. Solo una señora, que al ver las portadas de los periódicos, preguntó si no había más noticias, que lo de la separación era puro cotilleo», comentó una trabajadora de la Librería Ray, en la plaza Maior.

«Acabóuselles o amor»

Atrás quedan algunas imágenes curiosas, como las de los pequeños Felipe Juan Froilán y Victoria Federica ataviados con el traje tradicional gallego durante el San Froilán del 2004. En su día, muchos opinaban que doña Elena y su marido serían los mejores embajadores de Lugo. «¿Que fixeron por nós neste tempo? Eu penso que nada», razonaba en un bar de la rúa Nova Pepe Pernas. «Polo menos, cada vez que se fala deles na televisión sae o nome de Lugo», le respondía su mujer, Divina. «Acabóuselles o amor ou teñen problemas que non poden solucionar. É un caso normal, coma o de calquera parella. Non son os primeiros e tampouco serán os últimos», añadió Pepe.

«Solo una señora que vino a comprar el Hola mencionó el tema. A la gente le da igual, era algo que se venía venir por las informaciones que aparecían», aclaró la propietaria de una librería de la calle Bispo Aguirre, en el exterior de la muralla. Los ciudadanos discutían sobre si la infanta y Jaime de Marichalar conservarán el título ducal. «El título no se perderá, por lo menos la infanta no lo perderá, porque se lo otorgó su padre como regalo de boda cuando se casó con Marichalar», opinó Mónica en las galerías de la calle de la Reina. «Es algo que tienen que arreglar entre ellos, que ya comen bastante dinero del país», indicó junto a ella Teresa.

A unos metros de Mónica y Teresa, Marité concluyó: «Pues yo sí espero que vuelvan pronto a Lugo, aunque no sé quién podrá venir ahora». Entre el recuerdo de la última visita y la indiferencia vivió Lugo la resaca de la noticia.