China hace flotar por primera vez su bandera en el espacio

Pascale Trouillaud

SOCIEDAD

28 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El astronauta Zhai Zhigang agitó ayer la bandera china durante un paseo por el espacio de unos quince minutos, el primero jamás realizado por un cosmonauta asiático. Con ese gesto, que confirmó el éxito de la misión Shenzhou VII , China entró en el exclusivo círculo de los países que realizaron por sí solos una salida extravehicular al cosmos, después de Estados Unidos y Rusia, «un avance esencial», en palabras del presidente, Hu Jintao.

Zhai Zhigang flotó en el espacio durante poco más de quince minutos, algo menos de los veinte previstos, aunque las autoridades no han dado explicaciones al respecto. «Su salida al espacio fue un éxito total», afirmó el presidente Hu Jintao. «Se trata de un avance esencial para el desarrollo de nuestro programa de vuelos habitados», estimó.

Dirigiéndose a los tres astronautas que integran la misión, el mandatario agregó: «Habéis contribuido de manera considerable al programa espacial nacional. La patria y el pueblo os lo agradecen».

En cuanto tuvo medio cuerpo fuera del módulo, el taikonauta (hombre del espacio en chino) saludó con la mano, lo que desató un retumbe de aplausos en el centro espacial de Jiuquan, en el desierto de Gansu (noroeste), de donde despegó la misión el jueves, así como en el Centro de Control Aeroespacial de Pekín. Flotando en el espacio cabeza abajo, Zhai agitó la bandera china, con estrellas amarillas sobre fondo rojo, en un gesto muy simbólico que marca la propulsión de China en el club selecto de las grandes potencias espaciales. «Me encuentro bien. Saludo desde aquí al pueblo chino y al pueblo del mundo entero», declaró el astronauta al centro de control. Al volver a la nave, explicó que los tres taikonautas se encontraban muy bien y que «las experiencias científicas se han desarrollado como estaba previsto».

«La salida al espacio era agradable. El traje era muy cómodo. Estamos muy orgullosos de nuestra gran nación», añadió el astronauta, de 41 años, convertido en un héroe para 1.300 millones de chinos que han visto cumplido un sueño que se remonta a la dinastía de los Ming.

Zhai estaba enfundado en un traje de fabricación nacional bautizado Feitian (volar en los cielos), de 120 kilos de peso, que costó tres millones de euros. El coronel de la fuerza aérea contó con la ayuda de un segundo astronauta, Liu Boming, que permaneció en el módulo orbital unido a la nave por dos cables de seguridad que parecían enormes cordones umbilicales rojos. La caminata espacial, más allá de un acto simbólico, supone un importante paso para el programa espacial chino, ya que las salidas al espacio son fundamentales para la construcción de una estación orbital o la llegada a la Luna, dos de los grandes objetivos del gigante asiático a corto plazo.