La batalla política para salvar a Eluana Englaro de la decisión de desconectar la alimentación y la hidratación que la mantienen con vida ha empezado. Ayer se presentó en el Senado italiano el proyecto de ley que el Gobierno de Silvio Berlusconi aprobó de urgencia. A la comisión de estudio llegaron más de mil enmiendas, por lo que la ley se presentó al pleno del Senado sin informe previo. La principal enmienda, firmada por el Partido de la Libertad, Liga Norte y UDC, propone volver a conectar a Eluana Englaro a la alimentación artificial, suspendida el viernes. Hoy se votará en el Senado y, si prospera, se debatirá en la Cámara de Diputados.
El paso de la ley por el Parlamento no es fácil y está dejando profundas heridas en los grupos parlamentarios. La mayoría gubernamental del Partido de la Libertad parece compacta en su decisión de apoyar el proyecto de ley aunque no faltan disidentes. En la oposición las diferencias son más evidentes, sobre todo en el Partido Democrático, donde no hay unanimidad en el voto. La mayoría encabezada por su líder Walter Veltroni, está dispuesta a dar guerra y votar en contra «aunque retiene legitimo el disenso». Para Veltroni el proyecto de ley presentado por el gobierno «no es una ley sobre el testamento biológico sino la intromisión del estado en un caso sin tener cuenta de la opinión de la familia y de las sentencias». De todas formas, el PD ha dejado libertad de conciencia a sus miembros. El ala católica del partido anunció que no participará en la sesión mientras algunos pesos pesados, como Francesco Rutelli o Enrico Letta, votarán a favor. Con el gobierno también están los democristianos de UDC que lidera Pierfrancesco Casini.
Quien ya anunció su voto en contra es Italia de los Valores, de Antonio Di Pietro, que explicó que «la desconexión es un derecho» y aprovechó para un nuevo ataque a Berlusconi, al que el ex fiscal definió como «caso psiquiátrico».
El colegio médico de anestesistas y reanimadores manifestó su preocupación por una ley que «es contraria al código de deontología médica», ya que, según indican, «cuando una persona rechaza voluntariamente la alimentación, el médico no puede asumir iniciativas que lo obliguen ni coaccionar a una alimentación artificial». A estas críticas se han unido las de otros grupos médicos que insisten en que la ley impondría prácticas «contrarias al bien del paciente».
En la clínica La Quiete el estado de Eluana Englaro, desde hace tres días sin alimentación forzada, continúa sin cambios. Las inspecciones de las autoridades sanitarias locales en torno a las presuntas irregularidades de la estructura médica continuaron durante todo el día de ayer. El subdirector de la clínica insistió en la idoneidad de las habitaciones en las que está la mujer así como en la aplicación correcta del protocolo que en su momento establecieron las autoridades judiciales en la sentencia que autorizaba la desconexión de la mujer.