«No veo que exista ningún problema técnico para que el almacén de residuos radiactivos se pueda albergar en un municipio gallego. Otra cosa es que pueda existir un problema político o de movilización social», apunta el catedrático de Física Atómica Molecular y Nuclear de la Universidade de Santiago Ignacio Durán Escribano.
El principal problema objetivo es la distancia de Galicia con respecto a las centrales nucleares existentes en el territorio nacional. La más cercana es la burgalesa de Santa María de Garoña, por lo que en la mayoría de los casos sería necesario un largo desplazamiento de los residuos radiactivos por tren o por carretera. Ignacio Durán, sin embargo, tampoco considera que este hecho pueda suponer un grave contratiempo. «Si se han llevado los residuos de Alemania a Francia, cruzando Europa, o de Vandellós a Francia, y no ha pasado nada, qué problema hay en que se traigan a Galicia», apostilla el experto.