La iglesia anglicana presenta dos nuevas formas de liturgia para el casamiento de parejas con hijos.
23 jul 2009 . Actualizado a las 22:13 h.La Iglesia de Inglaterra presentó este jueves dos formas nuevas de liturgia para el matrimonio de parejas con hijos. Una incluye el matrimonio y un acto de acción de gracias por los hijos. La segunda responde al deseo de los contrayentes de bautizar a los hijos en la misma ceremonia.
La Iglesia establecida, cuya jefa es la reina y cuyo líder religioso es el Arzobispo de Canterbury, dice que estas directrices litúrgicas coinciden con el aumento de matrimonios, por un cambio en las leyes eclesiales, que obligaban a las parejas a casarse en su propia parroquia.
Los anglicanos cambiaron la norma el pasado octubre, porque la movilidad de la sociedad de hoy chocaba con la rigidez de la ley.
El otro cambio responde al descubrimiento, en un sondeo realizado por una comisión arzobispal sobre las pautas actuales del matrimonio en Inglaterra, de que una de cada cinco parejas que acuden a la Iglesia para casarse tienen ya hijos, de la propia pareja o de relaciones anteriores.
Tim Sledge, el vicario de Romsey, en la diócesis de Winchester, afirma que en varias ocasiones le han pedido que oficiase matrimonio y bautizo en una misma ceremonia: «Ha sido muy agradable ofrecer a las parejas la flexibilidad de una celebración muy especial para toda la familia; ahora la Iglesia puede decir sí y dar una más calurosa bienvenida a parejas con niños».
Pero otras voces, citadas por el diario The Times, no ven la iniciativa con simpatía. El obispo de Fulham, John Broadhurst, es sarcástico: «Es una lástima que no hayan incluido también el funeral de la abuela».
El portavoz de un grupo tradicionalista se queja de que «lo que debe ser el día de la novia vaya a ser secuestrado ahora por niños chillones».
El diario publica un editorial en el que recuerda personajes de mujer soltera en la literatura inglesa en el siglo XIX, que la retrata a menudo como un ser condenado por su familia y por la sociedad y rechazado por la Iglesia. «El mundo ha cambiado», dice el editorial. «Las madres solteras solían buscar desesperadamente la aprobación de la Iglesia. Ahora, parece que la Iglesia busca desesperadamente la de ellas».
La liturgia del matrimonio con acción de gracias por los hijos introduce tras el intercambio de votos del matrimonio esta declaración: «Cuando celebramos el matrimonio de N y M, damos gracias con ellos por sus hijos(se leen sus nombres), y apoyamos a N y M en sus responsabilidades con oración y amor. Dios devino en uno de nosotros con Jesús y entiende todo lo que rodea la llegada y educación de los hijos. Es el propósito de Dios que los hijos conozcan el amor en la estabilidad de su hogar, crezcan en la fe y alcancen finalmente la ciudad eterna donde su amor reina supremo».
Las nuevas directrices recomiendan que el bautismo y el matrimonio se celebren de manera separada, pero, si la pareja quiere una ceremonia común, el oficiante debe invitar a algunos miembros de la parroquia para que sean testigos del bautismo, que se celebra después del matrimonio.
Si los padres no están bautizados y también quieren hacerlo, su bautismo precede al matrimonio y las directrices alertan de que la ceremonia en tres partes puede ser muy larga.