Un aula convertida en una pequeña Casa de ?las Ciencias aclara las dudas de los estudiantes
22 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.De pronto, la pantalla de un ordenador portátil desvela que las neuronas viajan a la misma velocidad que Fernando Alonso en la larga recta de un circuito, más de trescientos kilómetros por hora. Así lo descubren un grupo de niños del colegio de Mosteirón, en Sada, donde han recibido la visita de cuatro científicos del grupo Neurocom de la Universidade da Coruña. Volvamos a las neuronas.
-Si pusiéremos las neuronas de una persona una delante de otra, ¿sabéis cuánto mediría?
-No [a coro]
-Llegaría desde A Coruña a Barcelona.
-¡Ahí nací yo!
-Pues qué suerte.
Al mismo tiempo, en otro rincón del aula una profesora exhibe el cerebro de un gato, una rata y media materia gris de un mono. Los niños no pestañean. Les preguntan si alguna vez han visto un cráneo. «Yo sí, en CSI». La monitora sonríe y comienza a soltar palabras menos comunes que las de series americanas, como lóbulo parietal . «Y el cerebelo nos ayuda a mantener el equilibrio», sentencia.
Enfrente del lugar «de los cerebros», otros alumnos de Mosteirón descubren el punto cero de la vista. «Está no ollo, pero realmente onde vedes é no cerebro», les dice el profesor. Una vez que los niños comienzan a hacer preguntas, el monitor aprovecha para desplazarlos unos metros ante una gran lámina gráfica con la que explicar la parte teórica de los juegos previos.
Desde otro rincón se oyen gritos. Una profesora invita a los estudiantes a meter las manos en unas cajas donde les esperan sensaciones muy extrañas. Algunos sacan el brazo de forma repentina. «Perfecto, acabas de entender lo que es un reflejo». Luego los reta a no parpadear. Divide al grupo en dos partes. En medio, una cortina de plástico. Los de un lado les lanzan a la cara pelotas de goma que no pasarán de la red central. Fracaso tras fracaso. Mantener los ojos abiertos les resulta más difícil que lograr un diez en matemáticas.
Abandonan el mundo de los reflejos y se sientan en el apartado dedicado a las neuronas. «¿En qué idioma hablan las neuronas?». Los alumnos concluyen que depende, que en Madrid hablan castellano y en Galicia gallego. Pero esta vez la respuesta correcta es la electricidad. Empiezan las dudas. La profesora aclara algunas muy importantes para los jóvenes curiosos. «Podéis estar tranquilos, con una colleja no se pierden neuronas».